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30
Jun
15

Virtualidades 12

Tellevo Papeo




Al aumento de la integración entre personas y robots, le llaman «hibridación«.


Convivirán e interactuarán en cada vez más áreas; trabajarán codo con biela.


Se incorporarán prótesis robotizadas al cuerpo humano; piezas de recambio a falta de tornillos.


Habrá robots con forma de serpiente.


Con forma de araña.


O con forma de niño.




Miniyo




Dicen que no hay que fabricarlos demasiado parecidos a nosotros, porque cuando el robot se parece demasiado a un humano, la confiada aceptación se torna en abrupto rechazo.


Está por ver… porque el ser humano es muy adaptable.




Tokorto bakalao




Ya hay robots humanoides que son loados por mostrar una expresión facial.


Pero los seres humanos con mucho menos nos conformamos.


Taprieto Yteguta




En Japón se comercializa una «silla de los abrazos» para combatir la soledad.


No es tan siquiera un robot.


Es una muñeca que «se parece a una madre«.


Su contacto hace recordar lo que se sentía al recibir el «afectuoso abrazo» materno, algo que con el paso del tiempo «tiende a olvidarse«…


Todo un éxito de ventas… Especialmente, entre los ancianos que viven solos.


El fabricante sostiene que la mayoría de los pacientes que la han probado un tiempo prolongado, experimentaron una reducción de la ansiedad, el miedo y la ira.


No anda desencaminado.




Tesako Sonrisa




Está científicamente demostrado, como ya vimos, que dar y recibir abrazos ayuda al cuerpo a producir oxitocina, una hormona natural presente en la conducta sexual y en el sentimiento materno-filial, que calma el sistema nervioso y estimula las emociones positivas.


Así que no hace falta que las máquinas consigan replicar la calidad de las emociones humanas.


Nosotros llenamos la diferencia.


Somos tan adaptables, que nos autoengañamos con suma facilidad, para conseguir paz de espíritu.




Temiro Sitemueve


Que un bebé reconozca un ser de entre varios objetos, no suele deberse a la similitud visual con una persona… Los bebés reconocen como «humana» la capacidad de interactuar socialmente, no la apariencia.


Da igual lo humano que pueda parecer… Es la socialización del robot la que hace que el bebé le trate como a un ser.


Aunque «una vez que uno aprende cómo funciona un robot, ya sabe cómo funcionan todos«, su software no deja de avanzar para articular gestos, pestañear… Interactuar con el espacio que les rodea.


Les hacen más humanos.


Otra cosa es el «problema» de la conciencia de uno mismo, y la inteligencia.


El Test de Turing es una prueba propuesta en 1950 por Alan Turing para demostrar la existencia de inteligencia en una máquina.


Sea o no la prueba idónea, dado el aumento de su capacidad de procesamiento… es una cuestión de tiempo.


Al ritmo de los algoritmos.




Tekasko Lokesea




Ya hay programas que consiguen imitar conversaciones humanas (‘chatbots‘).


Y se saben chistes.


No es noticia que un programa inconsciente, sin ninguna inteligencia identificable, logre engañar a sus interrogadores.


No es que éstos sean ingenuos.


En el contexto apropiado, los humanos pondremos lo que falte para lograr socializar.


Aún se considera difícil que un robot tome conciencia de sí mismo… pero se le puede programar para que lo parezca.




Temiro Ynoveo


Conforme los robots entran por la puerta de la socialización, los humanos saltan por la ventana.


Un investigador japonés ha inventado unas gafas para fingir sentimientos; con ojos falsos, sirven para ocultar las emociones, evitando que los ojos delaten los sentimientos.


Perfectas para traducir la dicotomía entre lo que se muestra y lo que realmente se piensa.


Un robot podría pensar que se trata de humanos imitando ser humanos.


Pero no.


Es también un comportamiento humano genuino… En este caso, una sofisticada forma de adaptación defensiva frente a una sociedad agresiva construida para fomentar el lucro y la explotación de unos sobre otros.


Lo que, en el reino animal, viene a ser un mimetismo defensivo.




Tetoko Terompo


Se pregona por doquier que el ser humano es «el animal más inteligente«.


Está por ver. De momento, no acaba de usar la tecnología para preservar a todos y cada uno de los miembros de su propia especie.




Tusako Tepongo




Y si a alguien le choca que los robots puedan mejorar las relaciones humanas poco satisfactorias, puede reparar en las mascotas.


La función de las mascotas no es otra que sustituir a los seres humanos.


Sí. Como los robots.


Las mascotas ayudan a superar el anonimato y la falta de comunidad, haciendo mucho más llevadera la vida.


Proporcionan a muchísima gente un motivo, en forma de ser vivo, para volver a casa.


Reemplazan a maridos, esposas o hijos ausentes o poco cariñosos, llenan el vacío hogar y alivian la pesada carga de la soledad en las sociedades post-industriales; máxime, para la gente que vive sola, en las grandes ciudades y/o en la vejez.




Tesigo Alrato




Pueden entretenernos como consumados comediantes, formarnos en biología y robótica, ponernos en forma como entrenadores deportivos, relajarnos, querernos


Las mascotas pueden hacer todo esto sin imponer el maltrato y los castigos que propinan los seres humanos «reales» atrapados en relaciones altamente competitivas, estratificadas y explotadoras.


Por todo ello, a las «mascotas» se les llama «animales de compañía«.


Para sustituir del todo a los humanos, las mascotas tendrían que poder comunicarse, pero, afortunada o desafortunadamente, no pueden sostener realmente una conversación.


Pero escuchan, y, como bien saben psicoanalistas y sacerdotes católicos, las frustraciones y la angustia se alivian por el mero hecho de tener a alguien que nos escuche… o que aparente escucharnos.




Maskota Teamo




Los robots escuchan… pero también pueden hablar, y cada vez mejor.


Las razones para tener robots de compañía en casa podrían ser las mismas que para tener una mascota, con la ventaja de que no se esclaviza a un animal en una jaula de hormigón.


Teniendo en cuenta que las grandes ciudades ya no tienen espacio para las mascotas, no extraña que se agote en las tiendas y haya colas para adquirir un Pepper, el robot «con corazón«, capaz de comunicarse con personas y de interpretar sus emociones.


Para sustituir a los seres humanos reales en derredor, sus dueños les preferirán para llenar sus carencias sociales en relaciones cálidas, apoyo mutuo y amor.




Telate Porarte




Los robots no son la solución.


Son otra respuesta a un mismo problema.


¿ Miedo porque «las máquinas no tienen escrúpulos


Depende de quien las controle. Depende de cómo se programen.


Como los perros guardianes… según su educación.


Como sus propios amos… según la ocasión.


La mayor amenaza para la especie humana no son los robots, ni tan siquiera los marcianos: es la propia raza humana.




Temiro Konmiedo




Nosotros hemos creado las armas de destrucción masiva… y los hemos puesto en manos de «androides» egoístas a los que no puedes distinguir, porque viven entre nosotros, piensan como nosotros… pero prefieren que sangremos nosotros, y no ellos.


Son como «geminoids«, marionetas de alta tecnología, de carne y hueso, guiadas por el control remoto del afán de lucro despreciativo del sufrimiento ajeno, insensibles enfermos por golpes cerebrales o por maltratos conductuales que se comportan como psicópatas desaprensivos.


No es nuestra «estupidez innata» ni nuestra «arrogancia irresponsable».


Son los «intereses» de unos pocos los que deciden que las máquinas sirven para ahorrar trabajo humano, mientras se despreocupan de las consecuencias para quienes pierden su empleo.




Temiro Teveo




Los humanos somos, en efecto, «cíborgs tecnológicos».


Pero aún parecemos máquinas idiotas, porque, ante la tesitura de «evitar el sufrimiento humano«, vemos cómo la decisión óptima elegida históricamente es «matar a la gente«.


Por qué los robots habrían de respetar las 3 leyes, cuando sus programadores humanos no las aplican entre sus congéneres…


Dan más miedo los humanos roboides (te roban la vida), que los robots humanoides.


Todos, máquinas.


Deambulantes.


Controladores, controlados y controlables.





24
Mar
11

Zeitgeist Hacia Adelante -1- La naturaleza humana






Se estrena en todo el mundo “Zeitgeist: Moving Forward”, dirigida por Peter Joseph, el tercer documental de la saga Zeitgeist (‘El espíritu de los tiempos‘), que promueve salir del actual sistema socioeconómico basado en el Dinero, y adoptar un nuevo paradigma social sostenible: una economía basada en Recursos.


Moving Forward” significa «Hacia adelante«… Este nuevo paso es el lanzamiento cinematográfico independiente y sin ánimo de lucro más amplio de la historia.


Presentamos el primer capítulo dentro de este documental, que se titula «La naturaleza humana«, en el que se abordan los mitos del relativismo cultural y la ideología tradicional, su relación con la supervivencia humana y social y las verdaderas necesidades humanas.


Está en idioma inglés, subtitulado al español.


Estos son los enlaces para el visionado:



A continuación, adjuntamos la transcripción de lo que nos parece más relevante para responder a preguntas como éstas:

  • ¿ Podemos librarnos del cáncer modificando nuestro ADN ?
  • ¿ Qué tienen en común los suicidas ?
  • ¿ Por qué aumentan las adicciones ?
  • ¿ El embarazo va en piloto automático ?
  • ¿ La falta de luz mejora la vista del niño ?
  • ¿ Qué recuerdas ?
  • ¿ Es bueno tomar en brazos a los niños que no duermen bien ?
  • ¿ Qué haces cuando llegas a casa ?
  • ¿ Se vive mejor solo ?
  • ¿ Cómo de violentos somos ?
  • ¿ Ves a la gente y al mundo como enemiga o amiga ?
  • ¿ Uno, dos, o más cerebros ?
  • ¿ Está justificada una visión idílica del ser humano ?







[ZEITGEIST: HACIA ADELANTE]


Capítulo 1: LA NATURALEZA HUMANA


[Habla Robert Sapolsky, profesor de Ciencias Neurológicas, Universidad de Stanford]


Como científico, al final siempre te surge esa pregunta: quién influye más, la «Genética» o el «Ambiente«.


Tan famosa como el duelo de Coca-Cola frente a Pepsi, o Griegos frente a Troyanos.


Genética” frente a «Ambiente» es una visión totalmente simplista de las influencias.


¿ Importan las influencias ejercidas sobre una célula ante una crisis de nutrientes, o las que nos hacen ser individualistas como personas ?.




Se trata de una dicotomía completamente falsa.


Unos asumen que la genética es determinista, que está detrás de toda causalidad.


Que el ADN es la vida, el código de los códigos, el Santo Grial, y que todo es impulsado por él…


En el otro extremo, se defiende la ciencia social, que somos organismos sociales, que la biología sólo puede aplicarse a los bichos, y que los humanos estamos libres de los efectos de la biología.


Obviamente, ambas visiones son incorrectas.


En realidad, no se puede entender la biología fuera del contexto del entorno.



Una de las falacias más sin sentido pero muy difundida y muy peligrosa, es: “Oh, ese comportamiento es genético”.


Pero, ¿eso qué significa?


Pues un montón de cosas sutiles para los pocos que saben de biología moderna, pero para la mayoría significa una visión determinista de la vida, con base en la biología y la genética.


Los genes serían cosas que no pueden ser cambiadas; los genes vienen a ser lo inevitable, y no vale la pena malgastar recursos intentando arreglarlas, ni invertir energía social en tratar de mejorar nada porque es algo inevitable e inmutable…


Y eso es un completo disparate.


[Enfermedad]


[Habla el Dr. Gabor Maté, físico, autor, Sociedad de Portland]


Comúnmente se cree que trastornos como el Déficit de Atención están genéticamente programados, y que enfermedades como la esquizofrenia están genéticamente programadas.


En realidad, es lo contrario.


Nada está genéticamente programado.


Hay algunas enfermedades muy poco comunes, un pequeño puñado, con una incidencia extremadamente escasa en la población, que están verdaderamente determinadas por la genética.


La mayoría de las enfermedades complejas, quizás tengan una predisposición por un componente genético, pero «predisposición» no es lo mismo que «predeterminación«.





La búsqueda del origen de las enfermedades en el genoma humano estaba condenada al fracaso, incluso a nivel teórico, porque la mayoría de las enfermedades no están predeterminadas genéticamente.


Las enfermedades del corazón, el cáncer, los derrames cerebrales, las enfermedades reumatoides, la enfermedades autoinmunes en general, las enfermedades mentales, las adiccionesNinguna de ellas está determinada genéticamente.





Por ejemplo, de cada 100 mujeres que padecen cáncer de mama, sólo 7 son portadoras de genes cancerígenos. El 93% no lo son, y, de cada 100 mujeres que sí son portadoras, no todas contraerán cáncer.


[Comportamiento]


[Habla Richard Wilkinson, profesor emérito de Epidemiología Social, Universidad de Nottingham]


Los genes no son cosas que nos hacen comportarnos de una forma particular, sin tener en cuenta nuestro entorno.


Los genes nos dotan de diferentes formas de responder a nuestro entorno.


Y parece que, de hecho, algunas de las primeras influencias recibidas en la infancia y el tipo de educación afectan a la expresión genética, activando o desactivando diferentes genes, y situándonos en una trayectoria evolutiva distinta, para adaptarnos al mundo en el que nos toca vivir.


Pongamos un ejemplo.




En un estudio realizado sobre víctimas de suicidio en Montreal, se analizaron las autopsias de los cerebros de los suicidas, y resultó que si el suicida (normalmente, un adulto joven) había sufrido abusos de pequeño.


Estos abusos causaban, realmente, un cambio genético en el cerebro, ausente en los cerebros de los que no habían sufrido abusos.


Esto es un efecto epigenético. El prefijo «epi» significa encima de, de modo que la influencia «epigenética» es la que provoca que se activen o desactiven ciertos genes en función del entorno.


[Habla el Dr. James Gilligan, ex_director del Centro para el Estudio de la Violencia, Escuela Médica de Harvard]


En Nueva Zelanda se realizó un estudio en un pueblo llamado Dunedin, donde varios miles de individuos fueron estudiados desde su nacimiento hasta los 20 años.


En este estudio, se pudo identificar una mutación genética, un gen anormal que estaba relacionado con la predisposición a cometer actos de violencia, pero sólo cuando el individuo también había sido en su infancia víctima de graves abusos.





Es decir, un niño con este gen anormal no era más propenso que otros a ser violento y, de hecho, tenía una tasa de violencia menor que uno con genes normales, siempre y cuando no fuera maltratado en su niñez.

Esto sirve como ejemplo para demostrar que los genes no marcan el resultado.


[Habla Robert Sapolsky]


En otro estudio, quitaron un gen específico a un ratón. Ese ratón y sus descendientes pasaron a carecer de ese gen… Los científicos fulminaron ese gen.


Como era el gen específico que codifica una proteína involucrada en el aprendizaje y la memoria, al «fulminarlo«, esperaban obtener un ratón que no consiguiese aprender.


“¡Claro!… ¡La base genética de la inteligencia!».





Pero, cuando se publicó este estudio con ratones, todos los medios de comunicación obviaron señalar que al tomar esos ratones genéticamente dañados, y criarlos en un ambiente mucho más enriquecido y estimulante que el de los ratones normales de laboratorio, superaron completamente el déficit del gen.


Así que, cuando alguien dice: “Ah, ese comportamiento es genético», supuesto que sea válido usar esa frase, lo que realmente está diciendo es, que hay una contribución genética a la forma en que este organismo responde al entorno.


Los genes pueden influir en la disposición con la que un organismo puede enfrentarse a un desafío ambiental concreto.


Pero esa no es la interpretación que mucha gente hace, y no quiero parecer un predicador, pero si se usa la vieja cantinela de «¡Es genético!», luego aparecen las historias de eugenesia, selección aria… y aberraciones por el estilo.





[Habla James Gilligan]


Es un concepto erróneo muy extendido y, potencialmente, muy peligroso.


Peligroso, porque esa hipótesis de dar a la violencia una explicación biológica no sólo es falsa, sino que realmente puede hacer daño…





Porque si crees eso, podrías decir, fácilmente… “en fin, no hay nada que podamos hacer para cambiar la predisposición que tienen las personas a volverse violentas… Si alguien se vuelve violento, sólo podemos castigarle, encerrarle o ejecutarle, pero no necesitamos preocuparnos por cambiar el entorno social o las condiciones sociales que pueden llevar a la gente a volverse violenta, porque ‘el entorno no influye’.».


[Habla Gabor Maté]


El argumento genético nos permite el lujo de ignorar los factores históricos y sociales del pasado y del presente, como lúcidamente escribió Louis Menand en el New Yorker:


Todo está en los genes… Esa explicación de cómo son las cosas no pone en peligro esas cosas. ¿Por qué si no, alguien debería sentirse infeliz o adoptar un comportamiento antisocial si está viviendo en una de las naciones más libres y prósperas de la Tierra?… No puede ser el sistema. La avería debe estar en alguna parte del cableado.


Es una buena excusa.


En efecto, el argumento genético es simplemente una salida fácil que nos permite ignorar los factores sociales, económicos y políticos que, en realidad, subyacen bajo muchos comportamientos problemáticos.


[Caso de Estudio: La adicción]


Normalmente, las adicciones se asocian a problemas relacionados con las drogas, pero, en un contexto más amplio, ‘adicción’ es cualquier comportamiento que está asociado con el ansia, con un alivio temporal que luego tiene consecuencias negativas a largo plazo, junto con una imposibilidad de controlarlo: aunque la persona desea dejarlo o promete hacerlo, no puede.


Pero, con ese mismo patrón, existen muchas más adicciones además de las relacionadas con las drogas.


Existe la adicción al trabajo, la adicción a las compras, a Internet, a los videojuegos


Igual que existe la adicción al poder. Los adictos al poder, quieren más y más, y nunca tienen suficiente.


La adicción a la adquisición, con empresas que quieren más y más.





También existe la adicción al petróleo o, cuanto menos, a la riqueza y a los productos que obtenemos de él. Y mira las consecuencias negativas en el medioambiente. Estamos destruyendo la misma tierra que habitamos, por causa de dicha adicción.


En realidad, estas adicciones son mucho más devastadoras, por sus consecuencias sociales, que el consumo de cocaína y heroína de mis pacientes de barrios marginales.


Sin embargo, son recompensadas y consideradas respetables.


El directivo que aumenta las ganancias para una tabacalera, obtiene mayores incentivos. No sufre ninguna consecuencia negativa, ni legal ni de otro tipo. De hecho, se le considera un miembro respetado de la directiva de esa, y de otras empresas en las que también esté. Pero las enfermedades asociadas al humo del tabaco matan a 5,5 millones de personas en el mundo cada año. Sólo en EEUU, matan a 400.000 personas cada año.


Y, ¿a qué son adictos esos directivos?… A los beneficios.


Su adicción llega incluso al extremo de negar las consecuencias de sus actividades, algo que es típico de los adictos: la negación.


Y eso se considera respetable. Es respetable ser adicto a los beneficios, sin importar el coste.


Por tanto, el concepto de aceptable y respetable en nuestra sociedad, es muy arbitrario y parece que, cuanto mayor sea el daño, más respetable es la adicción.


[El Mito]


Existe el mito generalizado de que las drogas, por sí solas, son adictivas.


De hecho, la guerra contra las drogas se fundamenta en la idea de que, si prohíbes el suministro de drogas, puedes resolver el problema de la adicción.


Ahora bien, si contemplas la adicción en un sentido más amplio, compruebas que nada, por sí mismo, es adictivo.





Ninguna sustancia o droga es adictiva por sí misma, y ningún comportamiento es adictivo por sí mismo.


Muchas personas van de compras sin volverse compradores compulsivos. No todo el mundo se hace adicto a la comida. No todo el que bebe una copa de vino se convierte en alcohólico.


Lo que realmente hace a la gente adicta es la combinación entre un individuo propenso, y una sustancia o comportamiento potencialmente adictivos.


Esa combinación hace que aparezca la adicción.


En resumen, no es que la droga sea adictiva, lo que crea la adicción es la propensión del individuo a volverse adicto a una sustancia o a un comportamiento particular.


[El Entorno]


Para comprender qué es lo que hace a algunas personas propensas, hay que revisar sus experiencias en la vida.





La vieja idea, que pese a ser vieja, todavía se mantiene, de que las adicciones se deben a una causa genética, es simple y científicamente insostenible.


La realidad es que algunas experiencias de la vida son las que hacen propensas a las personas.


Experiencias que, no sólo moldean la personalidad y las necesidades psicológicas de la persona, sino también, y de varias formas, al mismísimo cerebro.





Y ese proceso comienza en el útero.


[Prenatal]


Se ha demostrado, por ejemplo, que si una madre sufre estrés durante el embarazo, es más probable que sus hijos tengan rasgos que los predispongan a adicciones.


Y eso es debido a que el desarrollo está muy influenciado por el entorno psicológico y social.


La biología de los seres humanos se ve muy afectada: queda programada por experiencias de la vida que comienzan en el útero.


[Habla Robert Sapolsky]


La percepción del entorno no empieza al nacer.


El entorno actúa desde que tienes un entorno.


Desde que eres un feto, estás sujeto a cualquier información que venga a través de la circulación de tu madre.


Hormonas, niveles de nutrientes…


Un buen ejemplo al respecto, es el llamado «Invierno de la Hambruna Holandesa«.


En 1944, los Nazis que ocupaban Holanda, decidieron embargar toda la comida, y enviarla a Alemania.





Durante 3 meses, los holandeses pasaron hambre.


Decenas de miles de personas murieron de hambre.


El efecto del «Invierno de la Hambruna Holandesa» fue que, si durante la hambruna fuiste un feto en su 2º ó 3º trimestre, tu cuerpo «aprendió» algo único durante ese tiempo.


Resulta que en el 2º ó 3º trimestre es cuando tu cuerpo está tratando de aprender acerca del entorno que le rodea: ¿lo de fuera es un entorno amenazador?… ¿hay abundancia?… ¿cuántos nutrientes estoy recibiendo a través de la circulación de mamá?…





Si eres un feto durante una hambruna, tu cuerpo se programa para ser, de ahí en adelante, muy, muy avaro con el azúcar y la grasa, y te dedicas a almacenar todo lo que puedas.


Si fuiste un feto del «Invierno de la Hambruna Holandesa«, 50 años después, en comparación, eres más propenso a sufrir de hipertensión, obesidad o síndrome metabólico.


He aquí al entorno, que aparece inesperadamente.


[Habla Gabor Maté]


Cuando se estresan animales de laboratorio hembras, embarazadas, sus descendientes son más propensos a consumir cocaína y alcohol de adultos.


Las madres humanas también se estresan.


Por ejemplo, en un estudio británico, las mujeres que sufrieron abusos durante el embarazo, al dar a luz, tenían en su placenta niveles más altos de cortisol, la hormona del estrés, y sus hijos eran más propensos a las adicciones, al cumplir los 7 u 8 años de edad.


El estrés intrauterino es un detonante de todo tipo de problemas de salud mental.





Otro estudio israelí, con niños nacidos de madres que estuvieron embarazadas cuando se inició la guerra de 1967… Estas mujeres, desde luego, estuvieron muy estresadas y su descendencia tiene un mayor índice de esquizofrenia que la media.


Ya hay muchas evidencias de que la vida prenatal tiene un impacto enorme en el desarrollo del ser humano.


[La Infancia]


El desarrollo humano y específicamente, el desarrollo del cerebro humano, se deben abrumadoramente al impacto del entorno, sobre todo, después del nacimiento.





Ahora bien, comparándonos con los caballos, que pueden correr desde el primer día de vida, nacemos muy poco desarrollados.


No disponemos de coordinación neurológica, equilibrio, fuerza muscular ni agudeza visual hasta el año y medio, o dos de vida.


Es así porque el desarrollo cerebral del caballo tiene lugar en la seguridad del útero, pero en el ser humano, ocurre después del nacimiento, y se debe a una simple lógica evolutiva.


Una cabeza grande, característica de los humanos, debido al crecimiento cerebral inherente a nuestra especie, entra en conflicto con caminar sobre 2 piernas. Nuestra pelvis se estrecha para adaptarse a caminar. Y con una pelvis más angosta, pero una cabeza más grande… ¡Bingo!… No queda más remedio que nacer prematuramente.





Y eso conlleva que el desarrollo cerebral, que en otros animales tiene lugar dentro del útero, en nosotros ocurre después del nacimiento, y por tanto, en buena parte bajo el impacto del entorno exterior.





El concepto de «Darwinismo Neural» significa simplemente que los circuitos que reciben la información apropiada del entorno se desarrollarán de manera óptima, y los que no, o bien no se desarrollarán óptimamente o tal vez no lo harán en absoluto.


Si se toma a un niño recién nacido con los ojos en perfecto estado, y se le pone en una habitación oscura durante 5 años, se quedará ciego, desde entonces, y para el resto de su vida, porque los circuitos de la visión requieren luz para su desarrollo, y sin luz, hasta los incipientes circuitos que están presentes y activos al nacer, se atrofiarán y morirán, y no se desarrollarán otros nuevos.


[La Memoria]


Las primeras experiencias moldean el comportamiento del adulto, incluso, y especialmente, esas primeras experiencias de las que no tenemos ningún recuerdo.





Resulta que hay 2 tipos de memoria. Una es la memoria «explícita«, que alberga recuerdos. Gracias a ella, se pueden recordar hechos, detalles, episodios, circunstancias…


Pero la parte del cerebro llamada «hipocampo«, que codifica los recuerdos, se empieza a desarrollar plenamente al año y medio de vida, y no se desarrolla completamente hasta mucho después.


Por esa razón, casi nadie tiene ningún recuerdo previo a cumplir los 18 meses.


El otro tipo de memoria, llamada memoria «implícita«, es una memoria «emocional» del cerebro donde se almacenan, tanto el impacto emocional sufrido, como la interpretación que el niño hace de cada experiencia emocional, en forma de circuitos nerviosos, listos para dispararse sin necesidad de un recuerdo específico.





Así, por dar un ejemplo claro, las personas siendo niños fueron adoptados a muy temprana edad, muy a menudo tienen un sentimiento permanente de rechazo.


No pueden recordar la adopción.


No pueden recordar la separación de su madre biológica, porque no hay recuerdos.


Pero la memoria «emocional» de separación y rechazo está profundamente grabada en sus cerebros.


Por ello, son mucho más propensos a experimentar una sensación de rechazo, y a sentir un gran trastorno emocional cuando perciben que son rechazados por otras personas.


Esto no es exclusivo de los adoptados, pero es particularmente fuerte en ellos debido a lo que albergan en la memoria «implícita«.


En base a las investigaciones, y por mi experiencia profesional, prácticamente todas las personas que son adictas, sufrieron abusos cuando eran niños.





Y todos los verdaderamente adictos, sufrieron abusos de niños, o padecieron terribles pérdidas emocionales.


Sus recuerdos «emocionales» o «implícitos» son los de un mundo que no es un lugar seguro para vivir y que no te ayuda, de cuidadores en los que no se podía confiar, y de relaciones que no son lo bastante fiables como para abrirse y mostrarse vulnerables.


En consecuencia, como respuesta, tienden a rehuir las relaciones verdaderamente íntimas; a no confiar en sus cuidadores, ni en médicos u otras personas que estén tratando de ayudarles; ven al mundo como un lugar peligroso





Esa es la función de la memoria «implícita«, aunque a veces tenga que ver con incidentes que ni siquiera se recuerdan.


[El Contacto]


En el caso de los bebés prematuros y de los que precisan incubadora, quizá conectados a dispositivos o máquinas durante semanas o meses, ahora se sabe que si esos niños son tocados y acariciados en la espalda durante apenas 10 minutos al día, eso estimula su desarrollo cerebral.





Así que, el contacto humano es esencial para el desarrollo y, de hecho, los bebés que nunca son alzados en brazos, mueren.


Esto muestra cuán fundamental es para los seres humanos la necesidad del contacto.


En nuestra sociedad, existe una desafortunada tendencia a decirle a los padres que no tomen en brazos a sus hijos, que no los sostengan, que no levanten a los bebés que lloran, por miedo a malcriarlos o para fomentar que duerman durante toda la noche. Y no los toman en brazos… que es justo lo contrario de lo que el niño necesita.


Si esos niños vuelven a dormirse, es porque han desistido y sus cerebros simplemente se han desconectado como mera forma de protección frente a la vulnerabilidad de haber sido realmente abandonados por sus padres, pero sus recuerdos implícitos serán los de un mundo al que ellos le importa un bledo.


[La Infancia]


[Habla James Gilligan]


Muchos de los rasgos se estructuran a muy temprana edad.



De algún modo, las experiencias de los padres contra la adversidad, y la percepción parental de cuán dura o fácil es la vida, se transmite a los hijos.


Ya sea por una depresión materna o por el mal humor de los padres con sus hijos por haber tenido un día duro, o sencillamente por estar muy cansados al final del día…





Ahora sabemos que todo ello tiene un fuerte efecto en la programación del desarrollo infantil.


Pero esa sensibilidad temprana no es un error evolutivo. Existe también en otras muchas especies. Hasta las semillas que germinan tienen un proceso adaptativo inicial al tipo de entorno donde van a desarrollarse.


En cambio, los humanos se adaptan a la calidad de las relaciones sociales.





Por eso, a una edad temprana, el cómo te alimentan, cuántos conflictos hay o cuánta atención recibes valen como muestras del tipo de mundo en el que estás creciendo.


¿ Estás creciendo en un mundo donde tienes que pelear para conseguir cualquier cosa, vigilar tu espalda, valerte por ti mismo, aprender a no confiar en otros… ?


¿ O estás creciendo en una sociedad donde dependes de la reciprocidad, la cooperación, donde la empatía es importante, donde tu seguridad depende de mantener buenas relaciones con otra gente…?


Ambos escenarios requieren desarrollos muy diferentes a nivel emocional y cognitivo.


De ahí que exista una sensibilidad temprana. Y ser padre viene a ser, aunque sea a nivel inconsciente, un sistema de transmitir esta experiencia a los hijos… Para que así sepan la clase de mundo en el que están.


[Habla Gabor Maté]


El gran psiquiatra infantil DW Winnicott, dijo que hay 2 grandes tipos de cosas que pueden ir mal en la infancia. Una es que ocurra lo que no debería ocurrir, y la otra, que lo que debería ocurrir, no ocurra.


En la primera categoría, están las experiencias traumáticas de abuso y abandono que sufren pacientes de barrios marginales, y muchos adictos. Eso es lo que no debió ocurrir, pero ocurrió.


Por otro lado, está la atención armoniosa de los padres, sin estrés, sin distracciones, que es lo que todo niño necesita pero que muchas veces no tienen. No sufren abusos, ni abandono, ni tampoco están traumatizados; pero lo que debería ocurrir, la presencia de un progenitor disponible emocionalmente, simplemente no existe para ellos, debido al estrés en nuestra sociedad y en el entorno paterno.





El psicólogo Allan Schore lo llama «abandono de proximidad«… Es cuando el padre/madre está físicamente presente, pero emocionalmente ausente.


[Habla Richard Wilkinson]


He estado trabajando durante 40 años con las personas más violentas que produce nuestra sociedad: asesinos, violadores y demás.





Investigando qué causa esta violencia, descubrí que los más violentos criminales de nuestras prisiones habían sido víctimas de maltrato infantil a una escala que iba más allá de lo que jamás pensé que existiera en el abuso infantil.


No tenía ni idea de la depravación con la que son tratados los niños en nuestra sociedad con demasiada frecuencia. Las personas más violentas eran los supervivientes de intentos de asesinato, a menudo a manos de sus padres, o de otras personas de su entorno social más cercano; o habían sobrevivido al asesinato de familiares cercanos, que habían sido asesinados por otras personas.


[Habla Gabor Maté]


Buda sostenía que cada cosa depende de todas las demás. Decía: «el todo contiene las partes y las partes contienen el todo». Y que no puedes comprender nada si lo aíslas de su entorno. La hoja contiene al sol, el cielo y la tierra, obviamente.


Esto ha demostrado ser cierto, como regla general, y específicamente, en el desarrollo humano.


El término científico para ello es la naturaleza «bio-psico-social» del desarrollo humano: la biología de los seres humanos depende en gran medida de la interacción con su entorno social y psicológico.





El psiquiatra e investigador Daniel J. Siegel, de la Universidad de UCLA, en Los Angeles, EEUU, acuñó la expresión “Neurobiología Interpersonal”, porque el funcionamiento de nuestro sistema nervioso depende, en gran medida, de nuestras relaciones personales… En primer lugar, con los padres que nos crían; en segundo lugar, con otros personajes influyentes en nuestras vidas, y en tercer lugar, con toda nuestra cultura.


Así que, no se puede separar el funcionamiento neurológico del ser humano del entorno en el que creció, y del entorno en el que vive.


Esto es cierto en cualquier momento de la vida.


Y particularmente cierto, cuando dependes de alguien, y estás indefenso, mientras tu cerebro se desarrolla, pero igualmente cierto en adultos e incluso al final de la vida.


[La Cultura]


[Habla James Gilligan]


Los seres humanos han vivido en casi todo tipo de sociedades, también en las más igualitarias





Las de cazadores y recolectores, han sido, y son, muy igualitarias, basándose, por ejemplo, en compartir comida, intercambiar regalos…


[Habla Robert Sapolsky]


Grupos pequeños viviendo de la de la búsqueda de alimentos y también, algo de caza, formados por personas que has conocido toda la vida, rodeados de primos cercanos y lejanos; en un mundo donde hay muchos lazos de parentesco entre grupos diferentes; en un mundo donde no hay apenas cultura materialista…


En este mundo hemos vivido durante casi toda nuestra historia homínida.


Resulta obvio decir que es un mundo muy diferente.


Registra mucha menos violencia.


En ese tipo de sociedad humana, pasada o actual, no existe violencia grupal organizada.


Así que… ¿ qué hicimos mal ?


[Habla Richard Wilkinson]


La violencia no es universal. No se reparte uniformemente dentro de la especie humana.


Hay enormes diferencias en la cantidad de violencia de las distintas sociedades. Algunas sociedades prácticamente carecen de violencia. Otras, se destruyen a sí mismas.


Hay grupos religiosos anabaptistas, que son completa y estrictamente pacifistas, como los amish, los menonitas, los huteritas





Entre los huteritas, no se ha registrado ni un solo homicidio. Los huteritas se negaron a ser reclutados en todas las grandes guerras, incluso en la 2ª Guerra Mundial. Preferían ir a la cárcel, en lugar de servir en el ejército.





En los kibutz de Israel, el nivel de violencia es tan bajo, que los tribunales penales a menudo les envían delincuentes violentos. Envían a criminales a vivir en los kibutz, con el fin de que aprendan cómo vivir una vida no violenta…Porque así es como se vive allí.


Los humanos estamos profundamente moldeados por la sociedad.


Nuestras sociedades engloban todas las influencias teológicas, metafísicas, lingüísticas, etc.


Nuestras sociedades moldean distintos aspectos, como creer o no que la vida es pecado o belleza; si hay vida en el más allá y si seremos juzgados dependiendo de nuestros actos, o si éstos resultan irrelevantes…


De unas sociedades individualistas a otras colectivistas, la gente es muy diferente, tienen diferentes mentalidades, y por ende, entiendo que también diferentes cerebros.


La sociedad de EEUU es una de las más individualistas de todas.





El sistema capitalista te permite llegar teóricamente cada vez más alto en la pirámide, pero se asciende a costa de no tener redes de seguridad.


Por definición, cuanto más estratificada está una sociedad, a menos personas tienes como iguales, y hay menos gente con quien mantener relaciones simétricas y recíprocas.


Sólo hay discrepancias y un sinfín de jerarquías


Un mundo en donde tenemos pocas relaciones recíprocas, es un mundo con mucho menos altruismo.


[La Naturaleza Humana]


Así que, es incorrecto adoptar un enfoque puramente biológico de la naturaleza humana, ya que, en gran medida, nuestra naturaleza se escapa de las restricciones de la naturaleza.





Hemos desarrollado mayor variabilidad social que cualquier otra especie. Más sistemas de creencias, más tipos de estructura familiar, más formas de criar a los niños, que ninguna otra especie…


Poseemos una capacidad para la variedad, que es extraordinaria.


En una sociedad que fomenta la competitividad, y, muy a menudo, la explotación despiadada de unos seres humanos por otros, obteniendo beneficios a costa de los problemas de terceros, inventando frecuentemente nuevos problemas con el solo propósito de obtener provecho económico, la ideología dominante justifica ese comportamiento, apelando a que la naturaleza humana es rígida e inalterable.


Una sociedad así fomenta la mentira de que la gente es competitiva por naturaleza, que la gente es individualista y egoísta.


La verdaderamente cierto es lo contrario.


Como humanos, tenemos unas necesidades concretas. Hablar con propiedad de la naturaleza humana es reconocer que los humanos tenemos esas necesidades concretas.


La necesidad de compañía, de un contacto cercano, la necesidad de ser amados, incluidos y aceptados, de ser vistos, de ser acogidos tal cual.


Cuando esas necesidades quedan cubiertas, nos convertimos en personas compasivas, colaboradoras y empáticas con los demás.


Y lo contrario, que tan a menudo vemos en nuestra sociedad es, en realidad, una mera distorsión de la naturaleza humana, debido a que muy pocas personas tienen sus necesidades cubiertas.


De modo que sí, se puede hablar de ‘naturaleza humana’, pero entendiendo como tal, las necesidades humanas básicas que subyacen instintivamente.


La ‘naturaleza humana’ son esas necesidades humanas, que nos hacen adoptar ciertos rasgos cuando están cubiertas, u otro conjunto muy diferente de rasgos, cuando son negadas.





Así que… una vez reconocido el hecho de que el ser humano, cuya gran flexibilidad adaptativa le permite sobrevivir bajo muchas condiciones diferentes, está también rígidamente programado por ciertos requerimientos del entorno o necesidades humanas, es cuando cobra sentido la importancia de la sociedad.


Igual que nuestros cuerpos necesitan nutrientes físicos, nuestro cerebro demanda estímulos positivos del entorno en todas las fases del desarrollo, necesitando, asimismo, ser protegido de los estímulos negativos.





Y si las cosas que deberían ocurrir, no ocurren… o si las cosas que no deberían ocurrir, ocurren… es evidente que la puerta queda abierta, no sólo para que entren un montón de enfermedades físicas y mentales, sino también muchos comportamientos humanos perjudiciales.


Así que, si echamos un vistazo alrededor y vemos cómo están las cosas, tenemos que plantearnos preguntas





¿ Son saludables las condiciones del mundo moderno para nuestra especie ?


¿ Actúa nuestro sistema socioeconómico como una fuerza positiva para el progreso y el desarrollo humano y social ?


¿O, más bien, va en contra de las necesidades evolutivas imprescindibles para crear y mantener nuestro bienestar personal y social ?




Esto tiene que acabar.




“Nunca dudes de que un pequeño grupo de ciudadanos reflexivos y comprometidos, puede cambiar el mundo. De hecho, es lo único que lo cambia».
(Margaret Mead)






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