La difusión de los métodos de control de la natalidad y la creciente toma de conciencia entre las mujeres de todo el mundo, permiten afirmar que, hacia 2030, serán las mujeres quienes controlarán su propia fertilidad, y el hombre su propia futilidad.
Da igual si ocurre en 2030 ó en 2130.
La liberación femenina llegará al cortar el cordón umbilical con la reproducción y romper la cadena con el patrimonio.
Poco faltará para romper las ataduras vinculadas a la posesión material… Al abolir el derecho de herencia, la propiedad revertirá, no en los descendientes, sino de vuelta a la sociedad… El impuesto de sucesiones evolucionado hacia un «todos somos hermanos» real.
Lo que en Japón se cuece, es más importante de lo que parece.
Porque, pese a su pesada tradición feudal, son pioneros en enfrentarse al envejecimiento extremo y al declive demográfico.
Son pioneros en el desplome del mercado de valores de los tiempos modernos, con precoz estallido de burbuja inmobiliaria hace ya casi 30 años incluido.
Son pioneros en vivir en medio de una crisis que persiste, en una economía que sigue estancada en estanflación.
Son pioneros en elevar la deuda por encima el 230% del PIB, encabezando las economías neoliberales que privatizan los beneficios pero socializan las pérdidas, consagrando casi el 25% de su Hacienda al pago de intereses y haciendo al país muy vulnerable a cualquier aumento de los tipos… La 3ª potencia económica mundial, pero la 1ª en endeudarse.
Son pioneros en aplicar maltrato y discriminación a la mujer post-industrial, hasta el punto de lograr que se niegue a tener hijos para semejante sociedad cubicular.
Por todo ello, Japón es foco de atención.
Y algo más.
Cómo y dónde concentren sus energías para resolver esos problemas les convierte en modelo a seguir.
En referente.
Da igual que el país en cuestión esté muy industrializado o no… Los problemas de Japón ya afectan o van a afectar a cualquier nación.
Durante los últimos 50 años, las tasas de fertilidad han caído en todo el mundo.
De Africa a Asia, de América del Sur a Europa del Este, desde las selvas a los desiertos… En todos los países disminuye la fertilidad.
En 1979, la tasa de fecundidad en el mundo fue de 6’0; hoy en día es de 2’6.
Las naciones industrializadas han sido los más afectadas… EEUU sólo tiene 2’06, pero es una de las más altas… Sólo Israel (2’75) y Nueva Zelanda (2’10) son más fértiles.
El tradicionalmente prolífico Sudeste Asiático alberga ya países sin reemplazo generacional asegurado…
Taiwan, Corea del Sur o Singapur tienen índices de natalidad aún menores que Japón.
China también está afectada: en 1950 alojaba 550 millones de personas, hoy alberga 1330 millones, alcanzará su máximo de 1450 millones sobre 2030, y, en efecto… su población comenzará a reducirse. Para 2050, China acomodará unos 1400 millones, e irá perdiendo 20 millones de personas cada 5 años.
Hoy, China cuenta con 5’4 trabajadores por cada jubilado… En 2050, sólo llegará a tener 1’6.
Todo gobierno del capitalismo financiero se ve abocado, o bien a reducir sustancialmente el gasto (incluidas defensa y obras públicas) para hacer frente a la factura de pensiones y sanidad en tanto no consiga privatizarlas, o bien a aumentar radicalmente la carga fiscal sobre los trabajadores.
Una opción pone en riesgo las ambiciones «desarrollistas» y militares; la otra, pone en riesgo su supervivencia política.
Hasta ahora, nunca ninguna sociedad ha conseguido niveles de prosperidad con una población en contracción.
Hasta ahora, el uso de la Tecnología no ha tenido como meta mejorar el nivel de vida de la gente de forma sistemática e igualitaria, sino como medio para diferenciar poder y dinero.
El beneficio insolidario precisa encontrar mucha y muy barata mano de obra, a nivel global.
De hecho, la mano de obra ya es muy, pero que muy barata.
Sin embargo, los altos costes de crianza y educación de los hijos, el desinterés real para que la mujer se incorpore al mundo del trabajo dejando atrás el dominio sexual y reproductivo, laboral y social del hombre, y la amenaza de agotamiento de los combustibles fósiles, conforman la moderna excusa para reiterar la clásica fórmula de «aumentar el beneficio disminuyendo los costes laborales» intensificando la automatización del trabajo humano remunerado.
Y, por mor de la marea tecnológica en boga… inundando masivamente con robots el sector servicios.
Máquinas de aspecto más o menos humanoide, como esclavos digitales para los entornos doméstico y educativo.
Un estudio calcula que la robótica sustituirá 18 millones de empleos en Alemania en 20 años.
El 47% de los empleos en EEUU podrían ser ocupados por robots en los próximos 10 años.
En Japón, 1 de cada 6 empleados ya es un robot.
En Alemania, 1 de cada 9.
En China, de momento, 1 de cada 45.
Todo un «considerable potencial de crecimiento«.
Y eso que el empleo remunerado ya estaba en plena crisis.
Nadie se ha asombrado demasiado viendo cómo coexisten 2 reyes en un mismo país, y 2 cabezas de una misma iglesia…
Estamos psicológicamente preparados.
Porque, en realidad, los robots son otro paso en la escalada de la terrorífica competencia entre la mano de obra ultrabarata (hoy en Asia, mañana quizá en la colonizada Africa), y la despiadada tecnología supresora de empleos de los países del mundo que se autodenominan «desarrollados«.
Y, esta vez, el trabajo humano no se desplazará de profesiones obsoletas a profesiones nuevas.
Ni la mano de obra más barata podrá competir con los robots.
Los robots trabajan 24 horas al día y 7 días a la semana sin sueldo ni seguros sociales ni quejas.
Los costes de inversión en un robot se recuperan ahora en 3 años, lo que significa que, tras este periodo, es más barato tener un robot que un trabajador.
Muy pronto, un robot podrá ser camarero, enfermero, oficinista, periodista, contable, vendedor o incluso abogado.
Y cada vez serán más y más hábiles… Y, en algún momento, nos preguntaremos, no ya si los robots van a reemplazarnos a todos, sino si van a «dominar el mundo«.
«Sin la clase ociosa, la humanidad nunca habría salido de la barbarie”, afirmó Bertrand Rusell.
Pero, cegados por la búsqueda de productividad, los empresarios no ven que impedirán que haya consumidores… No puede gastar quien carece de poder adquisitivo.
Porque, hoy por hoy, los robots no tributan.
No pagan impuestos.
No contribuyen al sistema sanitario ni al sistema de pensiones… Justo lo contrario que una población cada vez más envejecida requiere.
¿Quién cotizará al sistema de Seguridad Social por esos robots, para poder pagar los subsidios de desempleo de los puestos de trabajo humanos destruidos?
¿Quién pedirá a los empresarios que tributen por ellos «como si» de varios trabajadores se tratase?…
Y, si los humanos dejamos de trabajar, ¿existirá una renta mínima para vivir?… Y, de ser así, ¿van las empresas a sufragarla a través de un impuesto?
Si los empresarios no se plantean hoy mejorar las condiciones laborales de los humanos, es difícil imaginar que el mismo afán de lucro y beneficio les vuelva altruistas voluntariamente en el futuro.
EEUU es menos remilgado en materia de inmigración que Japón.
EEUU aloja actualmente 26’6 millones de inmigrantes legales, y unos 11’3 millones «ilegales».
Gracias a ellos, la caída de la natalidad local no tiene efectos en el PIB federal.
Para mantener las «calderas a toda máquina», EEUU también necesita mantener alto el consabido ratio entre población trabajadora y población jubilada.
Cuanto menos, el ya exiguo de 3 trabajadores por cada jubilado…
Pues bien, mantenerlo implicaría que EEUU tendría que incorporar 44’9 millones de nuevos inmigrantes entre 2025 y 2035.
Y si EEUU quisiera volver a disponer de los 5’2 trabajadores por jubilado que tenía en la década de 1960, cuando el baby boom, tendría que importar 10’8 millones de inmigrantes cada año, hasta 2050…
En ese momento, EEUU tendría una población de 1100 millones de personas, el 73% de las cuales serían descendientes de inmigrantes recientes.
Es logísticamente imposible incorporar 10’8 millones de inmigrantes al año. Como señala el demógrafo Phillip Longman, «ese flujo requeriría el equivalente a construir una nueva ciudad de Nueva York cada 10 meses«.
También hay un problema de oferta… La corriente migratoria a través de la frontera sur de EEUU no será permanente.
La tasa de fecundidad de México era de 6’82 en 1970, pero se redujo a 5’3 en 1980, a 3’61 en 1990 y a 2’75 en 2000; en la actualidad se sitúa en 2’1.
Pasa lo mismo en Centroamérica y Sudamérica… Algunos países, como Chile y Costa Rica, ya están muy por debajo de la tasa de reemplazo.
Y, cuando la fertilidad de un país cae por debajo de la tasa de reemplazo, la gente tiende a dejar de emigrar.
Con la inmigración con los días contados y con las mujeres de lado… veremos cómo intentarán incorporar rápidamente robots para sustituir mano de obra humana flexible y precaria por brazo articulado robótico robusto y permanente.
Si bien el tamaño absoluto de la población mundial ha crecido considerablemente, el incremento anual de la población ha disminuido desde finales de los años 1960.
Para 2050, se estima que la población mundial habrá llegado a 9000 millones de personas… pero, muchos de ellos, ancianos.
La proporción entre la población potencialmente activa (entre 15 y 64 años), respecto a la de más de 64 años, ha bajado de 12 a 9 (un 25%) entre 1950 y 2007.
Esa proporción descenderá aún más, llegando a 4 en 2050.
A partir de 2070 se prevé que la demografía humana entre en una «fase de estabilidad«. Las proyecciones de población apuntan a que el techo demográfico se alcanzará alrededor de ese año; entonces, habrá unos 9500 ó 10000 millones de habitantes.
Ese horizonte de los 10000 millones que las proyecciones de la ONU dibujan hacia 2085 se alcanzará con dificultad… porque la fecundidad disminuye más rápidamente de lo inicialmente previsto.
Será una cuestión, no tanto de espacio, como de recursos.
La mismísima agricultura en el siglo XXI se enfrentará al reto de tener que producir más alimentos y fibras para alimentar a una gran población, empleando menos mano de obra.
En cualquier caso, no habrá suficiente savia nueva lista para alimentar esta hidra de economía capitalista.
En Japón, este año abrirá el primer hotel del mundo donde nos atenderán robots.
También se anuncia un hotel con «habitaciones de llanto» (así las han llamado), para mujeres. Cómo no.
¿Así se dedicarán las personas a «tareas más creativas«?
Un desigual acceso a la ingeniería robótica provocará que se ahonde en desigualdades sociales, económicas y culturales.
¿Logrará la especie humana superar el afán de beneficio y aprovechar el potencial de los robots para asistir y dar adecuado soporte a su mayoritaria población anciana y a su minoritaria población menos anciana, de forma igualitaria y global?
Y, más a corto plazo… ¿seremos capaces de aceptarlos a nuestro lado?
(Continuará)
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2. Como motos
Seguro.
La demencia se incrementará un 125% en los próximos años.
Brrrum… Brrrrrrruuuummmm…
Cada vez más, se oirá: «Me mantiene mi padre, de 93 años»
Acelerando.
El presidente de la patronal, tras dar el banderazo de salida, advierte no obstante que el país todavía no acaba de ir «como una moto«… Que «(aún) hay que hacer muchas reformas».
Eso no es descolgarse en plena curva.
Ni salirse de la trazada.
Ni circular en sentido contrario.
Habla cual manager representando a su piloto: un gobierno neoliberal.
Enciende la chispa para prender el combustible.
Y trae una nueva caja de cambios.
Más reformas laborales.
Y, preferentemente, más reformas… de las pensiones.
Sí, ese engranaje social que nunca se modificaría… pero que va de dulce cuando se toca porque parece no chirriar.
Sobrerrevolucionando modelos viejos, con el casco mal abrochado y chasis sin carenado, sin suspensión ni freno.
Poniendo en peligro la estabilidad.
En una etapa de su carrera en que gripar les deja a las puertas del desguace.
En la Europa social, las pensiones son el único circuito económico que aún no ha sido privatizado.
Así que van a por todas.
Para la transmisión, nombran un comité de sabios que oportunamente les da la razón.
8 de los 12 expertos del comité de sabios, están a sueldo de la Banca y las aseguradoras privadas… Los que más tienen que ganar.
Así que, el comité de sabios no es un «consejo de ancianos» altruista y pionero, sino más bien un «cortejo de marcianos» a la conquista del dinero.
Su informe omite que el problema de la sostenibilidad de las pensiones no está en el factor demográfico, sino en la desigual carga fiscal, que recae sobre la rentas del trabajo, dejando fuera del pago de las pensiones a las rentas del capital.
Su paradójica conclusión: a mayor crisis… menores pensiones para los mayores.
Y un cambio de ritmo brutal.
Proponen pasar de un sistema de «reparto«, a un sistema de «capitalización«.
Un sistema público por mandato constitucional… ¿ puede ser compatible con una custodia y gestión privados ?
Veamos.
¿ Priman en lo gestión privada los principios de igualdad y transparencia ?
No. Ni se fomentan ni se protegen.
¿ Prima el bienestar poblacional sobre el ánimo de lucro ?
No. Se busca una rentabilidad, no un bien social.
¿ Priman en lo gestión privada la eficiencia y el ahorro de costes sobre la gestión pública ?
No. Ni son más eficientes ni más baratos.
Desde luego, prima el espectáculo… por bochornoso que resulte.
Y, al final, gracias a este euro, lo que prima es la prima de riesgo.
Se inventan índices para que las pensiones suban por debajo del coste de la vida… un mínimo electoralmente calculado.
Perder poder adquisitivo equivale a bajar las pensiones y los sueldos.
Lo cual sólo sería viable… si, a la vez, bajasen los precios.
Al no ser así, esta situación de estanflación económica conlleva empobrecimiento.
De tanto pensar en tu pensión, ya desde los 30 años, te volverás majareta…
Serás un piensionista a ultranza.
Años cotizados para acceder a la jubilación anticipada voluntaria, para acceder a la jubilación anticipada forzosa, para acceder a la jubilación parcial, para poder cobrar la prestación por desempleo… Los coeficientes reductores… La renta de los últimos N años… Las desgravaciones… La rentabilidad… El rescate… Los impuestos… A qué edad… Hasta cuándo…
Pensiones no contributivas… Pensiones contributivas… El régimen general… El régimen especial…
Pero, con un denominador común: más años cotizados para jubilarse, más cotización y menos pensión.
En la hoja de ruta, equivale a un recorte de las pensiones.
Asegurarán que esas pensiones han de ir forzosamente complementadas… Suscribiendo planes privados de pensiones.
Que son fondos de pensiones ya en déficit, expuestos a pérdidas del 20%, del 33% ó del 70%, porque son meras acciones que cotizan en Bolsa, y están sometidas a todo tipo de avatares productivos, financieros e, incluso, geopolíticos.
Las pérdidas de los fondos privados de pensiones se han desbocado.
Quizá de tanto hacer el caballito.
No se trata de inseguridad, sino de certeza: ninguna entidad financiera privada puede prever el valor final de las cantidades aportadas por el suscriptor de un plan de jubilación, salvo que se prometan rendimientos menores.
Y, a diferencia de lo que ocurre con los depósitos bancarios, no existe un fondo de garantía ante insolvencia de la aseguradora.
Y, en los modelos de fondos vinculados a la empresa, si la empresa quiebra, arrastra al fondo de pensiones vinculado a ella.
Vaya derrapada.
Muchas familias viven y vivirán de las pensiones de los abuelos.
Son pensiones bajas, pese a que debían cubrir las necesidades de manutención y asistenciales de los ancianos.
Ahora, los gobernantes del estado eluden su responsabilidad, y la red de seguridad familiar debe hacerse cargo de jubilados, hijos y nietos parados, en edad de trabajar y activos, enfermos y sanos.
Quemando rueda y abriendo gas.
Cuando los malos humos y las deudas les asfixien, este estado neoliberal del bien-está, del todo-lo-vé-pero-ná-le-mueve, les conducirá a su sitio aireado favorito.
A la calle.
Con viento fresco.
Gran concentración.
Nada de pensión completa.
Nada de media pensión.
Es como para volverse motos.
Ingles para presidentes
Las carencias de Mariano Rajoy con las lenguas están saliendo a la luz.
No se trata de un caso aislado: desde Juan Negrín, presidente de la II República en 1937, ningún presidente de gobierno español ha manejado i-n-g-l-e-s con soltura.
Pero lo de Rajoy es singular.
Sus afines se mofaron del anterior jefe de gobierno por esas mismas carencias.
Incurre, además, en un agravio comparativo: parece mentira que se pida para acceder a un contrato malpagado, pero no se le exija a un presidente del gobierno.
Pero, sobre todo, por la temeraria osadía con que lanza sus exabruptos.
Todavía se comenta el desatino ‘spanglish‘ que Mariano Rajoy le soltó a David Cameron en Bruselas en noviembre de 2012, sin venir a cuento: «It’s very difficult todo esto«.
Fue la (pen)última conocida de toda una retahíla de situaciones incómodas.
En unas jornadas convocadas por el periódico neoliberal The Economist a finales de 2009, el tema en que más profundizó Rajoy fue la educación.
Pero, realmente, lo que le pidió en inglés un interviniente, fue que hablase sobre el problema de la vivienda y la «edificación«… Nada que ver con la «educación«.
Cuando más profundizaba en el sistema educativo, más chistes y bromas hacían los periodistas que seguían la intevención del líder del PP.
En otra ocasión, ante la presidenta de Dinamarca, Rajoy desplegó todo su arsenal… gestual. No derrochó simpatía: sólo algo parecido a «sonrisas».
Unido a su política, en lugar de misterioso, viene a dar, más bien, un perfil tenebroso.
Rajoy excusa sus carencias por haber estudiado francés en la escuela… pero su francés parece igual de bueno… Insuficiente, si no muy deficiente.
Cuando el presidente francés François Hollande le comentó: «Es necesario que se nos vea unidos…«, Rajoy salió con: «C’est très important pour l’Espagne» («Es muy importante para España«).
Igual le traicionó el subconsciente… Francia es uno de los más activos compradores de deuda pública española. Más liquidez que liquida, ante la cual, Rajoy se derritió…
Rajoy y su empeño en no estudiar idiomas… La marca empaña.
Para que, por lo menos, se maneje con i-n-g-l-e-s a un nivel medio estándar, el equipo médico habitual del DoctorSito ha contado con el debido asesoramiento para poder mostrarle una serie de útiles pautas de supervivencia.
Objetivo: inmersión, sin complejines ni pelos en esa lengua.
Hay que evitar las conversaciones sobre armas: nada de «pistolas cargadas«, «cañones a punto de estallar«, «destrucción masiva«… Además de sus evidentes connotaciones, se insertan palabras homófonas, que es fácil se vuelvan homófobas.
Nada de hablar de turismo. Ellos nunca han venido por la conversación, y no van a hacerlo ahora. Sospecha si te sorprendes contándoles tu vida… Habrías pasado al aperturismo. Y eso, con un extraño, es tan comprometido como hablar de armas.
Rehuye las conversaciones sobre enfermedades. Siempre se complican. Empiezas con un catarro, sigues con impotencia, y acabas estreñido.
Tampoco conviene sacar a colación la familia. Es fácil ser condescendiente y paternalista… especialmente, cuando no estás bien informado.
Nada de gastronomía. Lo que te comas, es asunto tuyo. Solotuyo. Tan malo es pasar por tragón como pasarse con los brotes. Y huye de las comidas no planificadas. Plántate.
Además, hablar poco de comida evita entrar en una guerra de cifras, que no suele ser ni realista ni elegante.
Los ingleses raramente dicen lo que piensan… Tú no seas tan reprimido. Sigue con tus habituales sencillez, sinceridad y caballerosidad: siempre son apreciados.
Tu vida personal es intransferible, así que no insistas en darle un sentido, y menos a los demás. En su lugar, debes convencerles de que sigues queriendo centrarte en tu vida política… Demuestra que eres hombre de mundo.
Detalla tus viajes con total incontinencia.
Por supuesto, requiere esfuerzo.
En los idiomas, como en todo lo demás, para conseguir resultados conviene invertir tiempo y recursos.
Si sólo te dedicas a recortar de aquí y de allá, sin ton ni son… rian de rian.
Hay que soltarse.
Porque menos da una piedra.
Una vez Rajoy consiga un nivel aceptable en i-n-g-l-e-s, habrá por fin superado el principal obstáculo para el siguiente paso en su carrera.
Ya podrá emigrar.
Pararratos 5
Muchos califican la gestión de Rato al frente de Bankia como de fracaso.
Nada más lejos de la realidad.
Las cajas que integran Bankia , y la propia Bankia una vez constituída, han sido una impagable fuente de financiación barata… y un refugio de puestos de trabajo bien pagados para familiares y allegados.
Medio PP trabaja en Bankia.
El caso más sintomático es el de Mercedes Rojo.
Fue la secretaria de la «liberal» y nobiliaria (pero a la postre, funcionaria de carrera) Esperanza Aguirre, ex-ministra y ex-presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid.
Por esa razón, percibía una retribución de 374000 euros al año como consejera , primero de Caja Madrid, y luego de Bankia.
Pese a llevar 6 años sentada en el consejo de administración, y pertenecer al Comité de Auditoria, reconoció ante el juez que ella «no tenía conocimientos financieros«.
Eso explicaría también que, durante 3 años, fuese también consejera de la corporación financiera Caja Madrid Cibeles.
Esta es la forma en que el sector privado compra un trato de favor al sector público: repartiendo prebendas y representación a los grupos políticos con capacidad de decisión.
Los «únicos» descontentos son los accionistas, los usuarios y el resto de cuidadanos, cuando la burbuja de la avaricia desborda todos los límites, y los «mercados» vienen a presentar la factura.
Se le echa en cara a Rato, que, como las ratas, siempre abandona su puesto justo antes del hundimiento.
Sin embargo, en cada puesto que ha ocupado, ha cubierto sus objetivos.
Como ministro de economía, creando la burbuja inmobiliaria.
Como máximo mandatario del FMI, convenciendo a los mandatarios para que contraigan una espiral de deuda con cargo al bolsillo del contribuyente, y orientando a la organización hacia los países que realmente podían pagarla.
Y, como presidente de Bankia… También ha triunfado.
Bankia nace del deseo de la cúpula del Partido Popular (PP) en general, y de su presidente Mariano Rajoy en particular, para crear un potente «banco del PP«.
Así de sencillo.
Rato siempre ha dicho siempre que su fidelidad al PP está por encima de las personas y de quién mande en el partido en cada momento.
En el PP decían que, si Rato vuelve a España, «sólo puede ser porque quiere volver con Mariano Rajoy o por una causa grave«.
Y ese era el caso.
Volvió a España para salvar los restos del naufragio de las cajas de ahorro controladas por el PP y formar un gran banco que saliese a flote gracias al rescate del estado.
Y lo ha conseguido.
Cuando la crisis arreció y las cajas de ahorro estuvieron a punto de irse a pique todas ellas, él fue la cara sonriente y carismática de la operación de la que nació Bankia: crea un ‘banco malo’ privado, y sólo tiene que esperar a que el gobierno de su partido lo rescate a través del ‘banco malo’ público que luego crea, el SAREB.
Y así, puede continuar el juego del dinero en manos de muy pocos, con cargo al rescate que sale del bolsillo de todos los demás.
Un juego de y para la Banca, en el que entra el PP.
Por eso no pactó la fusión de Bankia con La Caixa.
No es ya una cuestión de recelos entre las derechas españolista del PP y catalanista de CiU…
Cada una tenía una gallina de los huevos de oro a la que rescatar con dinero público.
Eso sí.
Todas, una vez rescatadas, aceleraron los desahucios a los ciudadanos que no podían pagar, para traspasar sus viviendas al ‘banco malo‘.
Desde 1985, las Cajas de Ahorro habían quedado expuestas a la influencia del partido político de turno en su provincia o comunidad autónoma, confundiendo los intereses personales y partidistas de los consejeros con los de la entidad.
Mientras el negocio bancario se centro más en la actividad comercial que en la financiera, hicieron dinero plácidamente.
Ahora, tras la burbuja inmobiliaria hinchada con complejos «productos financieros», pese al expolio, y gracias al reflote y a las fusiones, pueden conseguir un tamaño crítico lo suficientemente grande para blindar los intereses de quien quede dentro… si los grandes Bancos no les hincan antes el diente.
La unión entre Caja Madrid y Bancaja es el fruto de un compromiso político.
Del deseo de Mariano Rajoy de crear un fuerte «Banco PPopular« que sirviera a los intereses del partido, y de contrapeso frente a los núcleos regionales en la órbita de los partidos nacionalistas (La Caixa, por un lado, y las cajas vascas, por otro), y frente al poder aglutinador de las Cajas en las comunidades gobernadas por el PSOE, de Asturias, Aragón y Andalucía, especialmente a través de Unicaja.
El PP ha perdido el resto de sus ‘posesiones’, con la única excepción de Bankia y el pequeño consuelo de una Caja Murcia relativamente fuerte dentro de Banco Mare Nostrum.
El barón popular Nuñez Feijóo tuvo que desligar Galicia de la operación Bankia, porque Caixanova y Caixa Galicia tuvieron que ser nacionalizadas de urgencia por el gobierno socialista anterior… Pero el actual gobierno del PP ya está planeando integrarlas… Sí, dentro de Bankia.
La alicantina Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) hizo equilibrios entre la intervención del Banco de España y la garras de Cajastur de influencia socialista, para finalmente ser nacionalizada… y acabar comprada por 1 euro por el Banco Sabadell a partir del 1 de diciembre de 2012.
Las castellano-leonesas Caja España y Caja Duero han caído en manos de Unicaja.
Es un juego de bastiones financieros… y Bankia es el único bastión financiero del PP.
Bankia salió a Bolsa para que sobreviviese el control financiero del PP, frente al control del entonces gobernante PSOE.
De esta manera, Bankia resulta demasiado grande para dejar que caiga.
Forma los brazos que rodean y unen a «la gran familia del PP«.
Una «gran familia liberal» que se reúne alrededor del dinero y los sueldos con cargo al erario público.
La cúpula de Bankia es, en realidad, una cúpula del PP.
Y ésta, como otras cúpulas de poder en torno al dinero de los Bancos, han preferido hundir al país, antes de perder uno solo de sus privilegios.
A eso, le llaman «hacer política en las instituciones públicas«.
Desde su nombramiento hasta su dimisión, lo que hizo Rato en Bankia no fue economía, sino política.
El PP quería un gran banco, y Rato vino para dirigir la operación desde dentro.
Rato nunca dejó de ser un ‘animal político‘ durante su mandato como presidente de Bankia.
Lo demuestra además su continua presencia en actos del partido.
Sólo un político, y no un tecnócrata, puede ser «ministro de economía» sin ser economista.
Porque, en efecto, Rato se doctoró en economía política en 2003, cuando ya llevaba casi 8 años como «ministro de economía», y estaba a punto dejar el cargo.
Y, por ser un político, su partido le protege.
Así, el PP impide (con el respaldo del grupo parlamentario catalán de CiU y el silencio mediático del PSOE) la celebración de la asamblea general de Caja Madrid, de la que Rato sigue siendo presidente… para evitar su escarnio público, con turnos de intervención demoledores, preguntas incontestables y medios de comunicación entre bambalinas.
De paso, impide cualquier oportunidad de que Rato deslice qué se encontró tras la presidencia en Caja Madrid del también afín al partido Miguel Blesa, bajo la «supervisión» de los presidentes madrileños, también del partido, Alberto Ruiz Gallardón, primero, y Esperanza Aguirre, después… y cómo Rato tuvo que maniobrar para salvar los privilegios de todos ellos.
Por eso, Rato es más que apreciado dentro del PP.
Le adoran.
Rato vuelve a la tierra prometida de España para ser un mesías entre su gente.
Viene a servir a su partido, y a dar ejemplo siendo el primero en servirse.
Es perseguido, y sufre un martirio.
Pero tiene poder.
A este pastor no le fulmina ningún rayo… Sólo perecen las ovejas.
Para Rato, el dinero es su pararrayos.
Su fortaleza, su escudo, su defensa y su paz.
Por eso es inmune a las tormentas inmobiliarias, del FMI ó de Bankia.
Por eso domina los «elementos«.
Sus fieles no temen caer en «idolatría«, ni le tienen por «falso profeta«, cuando, al revisar las hemerotecas, releen su aparente falta de clarividencia, y testimonios tan poco neoliberales como éste:
«Es conocido que una economía en la que se bajan los salarios y se suben los impuestos, seguro que, antes o después, se detiene.»
(Rodrigo Rato. DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS. 11ª Legislatura; Sesión Plenaria núm. 206, celebrada el jueves 16 de mayo de 1985)
Todo pecado le va a ser perdonado.
Está en una misión.
Y, como decía Karl Rove, el siniestro consejero de George W. Bush en plena época de recorte neoliberal de derechos y libertades en EEUU:
«Nosotros somos actores de la historia, y ustedes… todos ustedes… se limitarán a estudiar lo que hacemos.»
(Continuará)
Pararratos 1
Negros nubarrones se ciernen sobre Rodrigo Rato, que ha comparecido ante la Comisión de Economía del Congreso de España para dar explicaciones por su gestión al frente de la entidad financiera Bankia.
En paralelo, Rato ha sido imputado por la justicia, por la salida de Bankia a Bolsa previa falsificación de los datos de pérdidas de la entidad.
El periodista económico Ernesto Ekaizer, en su libro “Indecentes”, recorre los últimos 20 años de actuación en la vida política y económica española de Rodrigo Rato.
Rodrigo de Rato y Figaredo, conocido como Rodrigo Rato, es un político y economista español que fue vicepresidente segundo del gobierno y ministro de Economía del Partido Popular (PP), entre 1996 y 2004.
Después ocupó el cargo de director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) hasta su dimisión el 19 de junio de 2007.
Posteriormente, dirigió el grupo financiero Bankia entre 2010 y 2012.
Jaime Caruana, hombre de confianza del ministro de Economía Rodrigo Rato, es nombrado gobernador del Banco de España en julio del 2000.
En diciembre de 2002, el grupo técnico Economistas 2004 publica un informe titulado “Aproximación cuantitativa a la ‘burbuja’ inmobiliaria”, donde, observando incremento de precios de la vivienda en el periodo 2000-2002, estiman que existe una sobrevaloración del 28%, afirmando:
“El mantenimiento de unas tasas de crecimiento de los precios inmobiliarios como el que ha tenido lugar en los últimos trimestres, conduciría a una ‘burbuja’ inmobiliaria de difícil sostenibilidad”.
En 2003, la atmósfera se recalienta ante la posible tormenta de una “burbuja inmobiliaria”.
Poco antes, en la presentación del informe de primavera del FMI, “World Economic Outlook” (‘Perspectivas económicas mundiales’), del 3 de abril de 2003, el entonces economista jefe del FMI, Kenneth Rogoff, advierte:
«El estudio detecta que el estallido es típicamente más grande cuanto mayor es el incremento de precios durante el boom«.
Por entonces, la revista londinense The Economist identifica la existencia de burbujas inmobiliarias en EEUU, Australia, Reino Unido, Irlanda, Holanda y España. Según sus cálculos, la burbuja, es decir, la parte del precio basado en especulación futura, es, en España, del 30%.
El 18 de junio de 2003, Jaime Caruana, explica su versión de lo que está pasando en el sector inmobiliario español en la comisión de economía del Congreso:
“El Banco de España considera que en estos momentos no tenemos una burbuja inmobiliaria… Esta sobrevaloración podría perfectamente ajustarse sin necesidad de que hubiese lo que se ha venido a llamar el pinchazo de una burbuja”.
El 23 de junio de 2003, Rodrigo Rato, ministro de Economía, vicepresidente segundo del gobierno, y hombre fuerte del gobierno, insiste:
«No estamos ante una burbuja, estamos en una demanda muy poderosa que se mantiene, aunque se está moderando»
Miguel Ángel Fernández Ordóñez, militante socialista, economista y columnista económico, advierte:
«El ministro Rato ha declarado que «los precios de la vivienda en España no están artificialmente altos» y ha emprendido una campaña contra la idea de que pueda haber una burbuja inmobiliaria en España… Como nadie puede pensar que Rato no vea lo que ve todo el mundo, hay que buscar la explicación en el miedo con que cualquier responsable de Economía ve acercarse el final de un modelo de crecimiento basado en el boom inmobiliario y en la explosión del endeudamiento de las familias… Y es que, cuando este patrón de crecimiento llegue al final, empezarán a aparecer las consecuencias negativas que acompañan al descenso de la burbuja… Cuando los precios empiecen a caer, la gente echará de menos lo bien que se vivía cuando subía de precio«.
Los economistas del Servicio de Estudios del Banco de España recogen, en el Boletín Económico de la entidad de septiembre de 2003, que «entre 1997 y 2002, el precio medio de las viviendas tasadas en España creció un 78%«.
Pero, en ese Boletín, la palabra burbuja, por supuesto, no figura.
Sigue prohibida.
Compaginándolo con su puesto de Gobernador del Banco de España, Caruana se incorpora al Banco Internacional de Pagos (BIS) en mayo del 2003, como presidente del Comité de Supervisión.
El Banco Internacional de Pagos (BIS), es una pieza clave en las finanzas mundiales de las últimos 80 años.
Es «el Banco» de los Bancos Centrales, y su Consejo lo forman los profesionales en las finanzas más encumbrados a nivel mundial: Noyer, Bernanke, Draghi, Trichet, Weber…
El BIS controla el 10% de las reservas en monedas extranjeras y oro mundiales, a través de Credit Suisse.
Desde los 90′, los ordenadores del BIS están conectados «online» con los de los Bancos Centrales, lo que le da la capacidad inmediata de analizar la situación de todos los sistemas financieros del mundo… Si hay un problema, tiene el poder para intervenir en el mercado del oro y en el mercado de divisas (Forex) para estabilizarlos.
Fernández Ordóñez declara el 27 de septiembre de 2003:
«El principal problema económico que tendremos que afrontar en los próximos años es el derivado de los excesos en el sector de la construcción. Esta burbuja pinchará y caerá la actividad de este sector y el Gobierno no ha preparado al país para este cambio en la estructura de la demanda y de la oferta«.
Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda, colaborador y muy amigo de Rato, sostiene, el 2 de octubre de 2003:
«El concepto de burbuja inmobiliaria es una especulación de la oposición que habla incesantemente de la ‘economía del ladrillo’«.
El 3 de octubre de 2003, José Luis Rodríguez Zapatero, secretario general del PSOE, recuerda:
«Advertimos sobre el riesgo de que hubiera una burbuja inmobiliaria, y el Gobierno desoyó todos los avisos«.
Luis de Guindos, Secretario de Estado de Economía, con Rodrigo Rato como mentor, dice el 2 de noviembre de 2003:
«Es cierto que las familias están más endeudadas, pero está aumentando la riqueza patrimonial y financiera y hay unos activos que se transmitirán a las generaciones futuras… Y no hay burbuja inmobiliaria, sino una evolución de precios al alza que se va a ir moderando con más viviendas en alquiler y más transparencia en los procedimientos de urbanismo«.
El 3 de noviembre de 2003, en plena época preelectoral, Rato insiste:
«No creo que estemos a una situación de burbuja. Los propios datos del Banco de España fijan un exceso de precios pero que no se pueden entender como una burbuja como la que vivimos con los valores tecnológicos en el año 2000«.
En la recta final de la campaña electoral, Rato vuelve a defenderse y a atacar a quienes hablan de una burbuja… El 23 de febrero de 2004 se queja:
«Lo que riza el rizo de la equivocación es considerar la construcción como ‘el sector del ladrillo’, como si estuviéramos en la época de ‘La escopeta nacional’«.
Y reafirma:
«Estamos asentados en un crecimiento duradero… La verdad es que estamos asentados en un ciclo largo y con pocas incertidumbres.”
Pero Fernández Ordóñez ve relámpagos.
Sólo 5 días después, el 28 de febrero, a 2 semanas de las elecciones, se pregunta:
«¿Hasta cuándo podremos crecer apoyándonos en los desequilibrios?… Cuando Europa se recupere y los tipos suban, nos arrepentiremos de haber forzado los desequilibrios durante estos años. Porque antes, la salida era la devaluación… Pero, esta vez, nos encontraremos en una situación sin salida.»
Sin salida.
El PP pierde las elecciones del 14 de marzo de 2004.
Entretanto, la «tormenta económica perfecta» se va acercando.
(Continuará)
Apaga y vámonos
El ministro de Industria, Energía y Turismo del gobierno de España, prepara una subida general del recibo de la luz.
Otra más.
Lo ve como la única solución al déficit de 24.000 millones de euros que le reclama el sector eléctrico tradicional (Endesa, Iberdrola, Gas Natural Fenosa, E.ON y HC).
Este oligopolio ya consiguió que un gobierno anterior del Partido Popular (PP) aprobara la Ley 54/1997 y las compensara por una posible bajada de los precios por la liberalización del sector impuesta por la Unión Europea (UE).
Pero los precios no bajaron (por cierto… son de los más altos de la UE)… Así que, además del blindaje, ganaron dinero.
Y, además el oligopolio eléctrico dice que se les debe una deuda, por haberse congelado las tarifas… El dichoso déficit de los 24.000 millones.
Un déficit que no es tal.
Esa espiral de «deuda» no tiene nada que ver con los costes de producción de la energía.
Se basa en unos cálculos realizados por las propias empresas productoras de electricidad, mezclando los distintos tipos de energía tradicionales (procedentes del carbón, petróleo, gas natural, hidroeléctrica…) y tasándolas al precio más caro de todas ellas.
Es como si vas al pescadero y le pides 1 kilo de sardinas, 1 kilo de merluza, y 100 gramos de percebes… Te lo pone todo en una bolsa, te lo pesa y te cobra como si fueran 2.100 gramos de percebes.
Así que, más que una deuda contraida, sería más bien un regalo… del Partido Popular (PP) al lobby energético tradicional.
El ministro Soria está asumiendo las recomendaciones sobre política energética de FAES, el think tank neoliberal que dirige el ex-presidente del gobierno, José María Aznar (PP).
Curiosamente, Aznar fue nombrado hace un año «asesor» por la eléctrica Endesa (cuya privatización él mismo concluyó en 1998), por unos módicos 200.000 euros anuales.
Todo un ejemplo de «moderación salarial«, para premiar una trayectoria que recuerda a la de su amigo y compañero de batallas (por lo que a Iraq se refiere), Tony Blair.
Claro, que Aznar no estará solo… La ex-ministra de economía Elena Salgado (PSOE) también ha fichado por Endesa, un destino ya antes acogedor para otro ex-ministro de economía, Pedro Solbes (PSOE), y…sí… para el actual ministro de economía español, Luis de Guindos (PP).
Fichajes de alto voltaje.
La susodicha ley de 1997, con su imposición de horarios de producción, forzó a que unas 50.000 empresas fotovoltaicas (en directa competencia con el oligopolio tradicional de la energía) se vieran abocadas a la quiebra.
La excusa del oligopolio energético tradicional es que la energía solar y eólica son caras respecto a la nuclear.
No es que las eléctricas tradicionales estén perdiendo dinero, precisamente… En 2010 obtuvieron un beneficio de más de 8.200 millones de euros, con un incremento del 8% respecto al año anterior… pese a la crisis.
Es un problema de posicionamiento: no han apostado por las energías renovables… y se sienten amenazados… como el vendedor de cables cuando llegó el Wi-Fi… Así que, obtener 24.000 millones de euros les dará fuerza para seguir «conectados«.
Entre las renovables, Abengoa es el mayor productor termosolar del mundo, y lidera el mayor proyecto mundial. Su punto fuerte: la innovación y la inversión en I+D+i.
Justo lo que los científicos e ingenieros reclaman como salida a la crisis al presidente del gobierno, Mariano Rajoy, y que éste pese al fulgor propagandístico… no contempla.
De modo que, con los recortes, el proyecto de crear 100.000 puestos de trabajo con las energías renovables (una alternativa al ladrillo), se apaga, para dar brillo al lobby energético tradicional.
En un país donde los fabricantes de coches se marchan si no reciben subvenciones, donde la agricultura no existe sin subvenciones… y donde hasta la iglesia católica recibe subvenciones… se recortan las subvenciones para las renovables.
Eso sí que puede calificarse de actuación discriminatoria y no transparente.
El actual gobierno español no desea salga a la luz el lado oscuro de las eléctricas tradicionales .
Que fueron multadas por prácticas anticompetitivas en 2011.
Que cuesta lo mismo construir la termosolar Solucar que construir una central nuclear de tercera generación.
Que la energía nuclear recibió 40 veces más ayuda pública que la eólica.
Que reciben 15.000 millones de euros en subvenciones, anualmente, para la energía nuclear.
Que reciben 1.000 millones cada año para fomentar el uso del gas natural.
Que han cobrado miles de millones de euros indebidamente a los usuarios desde 1984, a los que añadir los que se están cobrando al «estimar» los consumos con los nuevos contadores de paso de la luz.
Las centrales nucleares ya están amortizadas, y se les va a sacar más jugo al conseguir que el gobierno amplíe su vida útil, por muy peligrosa que sea su tecnología.
Da igual los vertidos en el mar.
Da igual que aumente la tasa de leucemia infantil en las zonas próximas a centrales nucleares.
Da igual que las empresas que las explotan ahorren dinero en seguridad contra accidentes.
Por no hablar del problema de los residuos.
España había alquilado almacenamientos temporales centralizados de residuos nucleares de alta radioactividad (ATC) en Gran Bretaña y en Francia. Los contratos vencían, respectivamente, en 2010 y 2011, pero, al no poder asumir el retorno de esos residuos por no disponer de un lugar apropiado, el gobierno español ha venido asumiendo multas de hasta 60.000 euros diarios.
Unos y otros han hecho creer a la opinión pública que era obligación del estado, tanto pagar las multas, como constuir un ATC.
Y no era así.
¿ Qué pasaría si el gobierno no construyese el ATC ?…
Pues que habría que crear un almacén ó ampliar las piscinas de cada central nuclear, opciones que, según el gobierno, resultarían más caras… porque tendrían que pagarlo las eléctricas.
700 millones de euros (al menos), que se han ahorrado.
Por supuesto, el gobierno no ha incluido el coste del ATC en el circuito de «recortes presupuestarios» en serie.
Prefiere que paguen los de siempre… Mediante circuitos para-lelos.
Todo, para fomentar una energía que dicen limpia.
Podrían preguntar sobre ello al que limpia, o al que come y pisa Chernobil.
O poner su parte para reunir los 2.500 millones de euros que cuesta evitar los previsibles chernobiles de los países del Este de Europa.
Deben tener mucha confianza…
Como la que da Fukushima y su «infabilidad«.
La misma confianza que transmiten las imágenes del ex-ministro Fraga bañándose en el «inocuo» Palomares… cuando, ahora, sus herederos políticos dicen negociar con EEUU (50 años después) la limpieza de la zona…
Nos ven con pocas luces.
La energía es otro caso de escasez impuesta.
Pero las renovables han logrado que haya un superávit energético. En promedio, y salvados los picos de consumo, España exporta energía: unos 15.000 GWh año en 2010, y 20.000 en 2015, previendo unos 25.000 para 2020.
Está claro que la lucha del lobby energético tradicional con el lobby renovable es una pugna de intereses entre familias por el dinero, y por el poder para conseguir más dinero.
Pero hay cosas más trascendentes en juego.
Una, que la producción de electricidad tradicional, basada en combustibles fósiles es, a nivel mundial, la actividad que más dióxido de carbono (CO2) emite a la atmósfera: el 41% del total, en 2008.
Incluso si no crees que el cambio climático está inducido por la quema de combustibles fósiles, el agotamiento de éstos obliga a que, cuanto más rápidamente se industrialice el mundo subdesarrollado, más rápidamente deba desarrollar el mundo industrial un nuevo modo de producción.
La otra, es la tecnología de acceso a la energía en sí. En el fondo, el lobby energético tradicional y los estados temen que, en pocos años, la energía fotovoltaica y el agua caliente se abaraten, y cada consumidor o grupo de ellos sea autosuficiente en su casa y termine con los actuales privilegios.
Postulado por la «Teoría Hidráulica» de Karl Wittfogel, el peligro es tan cierto en el control del agua, como en el de la energía.
Sin una forma descentralizada y libre de acceso a los recursos y a sus tecnologías de explotación, es fácil perpetuar una tiranía con un mínimo de esfuerzo.
Y con un mínimo de inversión.
Actualmente, mientras boicotean a su competencia renovable, las eléctricas tradicionales se frotan las manos ante la perspectiva de utilizar minirreactores nucleares comercializando por EEUU, China, Rusia y Japón, porque, aún siendo instalaciones peligrosas, su despliegue requeriría una inversión financiera muy inferior a los costes nucleares tradicionales.
Eso no es precisamente, descentralizar.
Es perpetuar su control centralizado, a un menor coste.
Como si le faltase tiempo, el primer decreto-ley que aprobó el gobierno de Rajoy en 2012, el RDL 1/2012, establece una moratoria para las nuevas instalaciones de energías renovables.
Afecta, especialmente, a la eólica .
Es lógico. La eólica es la más competitiva… y su nombre le trae malos recuerdos al ministro Soria, que fue acusado de corrupción, cohecho, tráfico de influencias y prevaricación en varios casos, siendo uno de ellos el «caso Eólico» ó «caso Eolo«, no hace mucho.
Cuando suba el precio de la luz, subirán los precios de todo… Sí, el Metro también…
Toda una reacción en cadena.
Más focos para el escenario neoliberal, alumbrando un ciclo combinado de inflación y paro con un nivel de tensión e intensidad descomunales, pese a la resistencia.
Estos actores con reactores insisten en llegar al núcleo del error, con luz y taquígrafos.
Entretanto, a la gente se nos va encendiendo la bombilla.
Ante abusos similares, hay donde hasta han saltado los fusibles.
Para iluminarnos a todos, los pro-nucleares podrían dar ejemplo.
Que la claridad bien entendida, empieza por uno mismo.
A ver…
Si ese es el futuro que propugnan…
Podrían instalar los minirreactores nucleares en su propia casa.
La ubicación más lógica.
En cuanto a las pruebas de resistencia que promueve la «dúctil» OIEA… cualquiera podría superarlas.
Las simulaciones son claras.
Con la inspiración, llegaría la iluminación.