No es que Japón se haya hecho abstinente, o se le haya pasado el arroz de repente.
El sexo figura, junto al hambre, entre las principales motivaciones de la acción humana, y es una fuerza importante de la evolución cultural.
Al igual que el hambre, el sexo conjuga, a la vez, pulsión y apetito.
Los efectos perniciosos de una privación sexual prolongada no son tan graves como los de un ayuno prolongado, pero, caso de no haber penuria alimenticia, el sexo se impone como deseo.
Es un hecho que los humanos bien alimentados no tienen problema en demorar los placeres de la mesa por los del lecho.
Su carencia se convierte en otra forma de «pasar hambre«.
Los desvelos parentales, las iras conyugales, los espionajes policiales y los mandamientos eclesiales podrán desalentar o desviar el comportamiento apareatorio humano, pero nunca extinguir completamente la pulsión y el apetito de placer y alivio sexuales.
Es un instinto básico.
No como la guerra.
Come amor. Que es mejor hacer el amor, y no la guerra.
Hay una estrecha semejanza entre la búsqueda del placer sexual y la adicción a las drogas psicotrópicas: las endorfinas generadas son sustancias análogas al opio.
De modo que ni los japoneses ni nadie carece de motivación para hacer el amor.
La selección natural ha apostado porque obtengamos el placer más intenso al estimular los órganos que inician el proceso de la reproducción.
Sin embargo, la evolución cultural ha roto el vínculo que se suponía «natural» entre placer sexual y reproducción.
De hecho, también ha roto el vínculo entre el placer y el acto sexuales… ¿Qué, si no, hacen las drogas y los psicofármacos?
La desconexión entre el sexo y sus consecuencias reproductoras es muy anterior a la reciente era de técnicas avanzadas en materia de aborto y anticoncepción.
Las parejas de cualquier época pre-industrial recurrían a los efectos anticonceptivos de una lactancia prolongada para espaciar los nacimientos, utilizaban prácticas sexuales no reproductoras como la masturbación, la homosexualidad y el coitus interruptus; practicaban métodos abortivos, y aplicaban a los nacidos métodos indirectos de infanticidio, como dejarles morir de hambre lentamente, descuido físico y psicológico, y «accidentes«.
Japón no ha sido una excepción.
El antropólogo G. William Skinner estudió los registros de nacimientos de dos aldeas japonesas del siglo XIX, y calculó que un tercio de todos los matrimonios mataba a su primer hijo.
A su vez, la historiadora Susan Hanley pudo afirmar que el infanticidio era tan corriente en el Japón premoderno, que se hizo costumbre no felicitar a la familia por el nacimiento de un hijo, hasta saber si iba o no a ser criado… Si la respuesta era negativa, nada se decía; si era afirmativa, se ofrecían las felicitaciones y regalos acostumbrados.
Todo esto sería imposible si el vínculo entre padres e hijos fuera el resultado «natural» del embarazo y el parto.
Los padres y madres humanos no están «programados de fábrica«, ni para procrear, ni para hacer todo lo posible por aumentar la esperanza de vida de su descendencia.
No es la selección natural, sino la cultural, la que determina el número de niños que los padres deciden, no ya procrear, sino criar.
Es fundamental comprender el crucial papel que juegan la cultura o el entorno en nuestra conducta; la Biología evolutiva darwiniana juega un papel muy limitado en comparación con las fuerzas de la evolución cultural.
La influencia de los genes como mera base biológica de la conducta estaba implícita en los escritos de pioneros del neo-darwinismo en el siglo XX, como R. A. Fisher en la década de los años 30′, W. D. Hamilton y G. C. Williams en la década de los 60′, y en la de los 70′ con John Maynard Smith y Robert Trivers, hasta alumbrarse en la obra de Richard Dawkins.
Su mensaje central es ya ortodoxia en los libros de texto.
Los robots son máquinas que contribuyen a nuestra supervivencia, pero, a una medida y complejidad mayor, los seres vivientes somos máquinas de supervivencia evolutiva para los genes.
Los cerebros pueden ser considerados, en este sentido, análogos a las computadoras: generan información de salida tras procesar la información de entrada y la memoria almacenada… Y tienen la capacidad para simular situaciones y predecir el futuro.
Los genes controlan la síntesis de las proteínas, pero es un proceso lento de manipular el mundo; así que, no pueden modificar el comportamiento diario de los seres vivos de forma directa, pero sí les preparan para ser flexibles y adaptables.
Los genes dan «instrucciones» a sus máquinas de supervivencia, no de manera específica, sino en términos de estrategias generales y trucos válidos para el asunto de vivir.
Eso nos incluye sobremanera.
Haciendo un símil con la programación robótica para jugar al ajedrez: los genes programaron a los robots humanos para aprender a adaptarse a cualquier situación de la partida de la vida.
Reproducirse no está determinado genéticamente.
Nada lo está, en el sentido de que algo obligatoriamente ocurrirá sólo por la existencia de uno o varios genes; los genes no se expresan si no se dan unas circunstancias particulares.
Perpetuarse no es obligatorio.
En realidad, es un problema de bienestar. De coste-beneficio. De salud de los hijos. De procreación futura.
El biólogo Robert Trivers lo definió como un problema de inversión parental, referida al gasto energético y de tiempo por parte de los padres para beneficiar a sus crías a expensas de sus propias expectativas.
Benjamin White mostró que los padres son capaces de criar más niños si ello significa un saldo de beneficios, aunque sean mínimos.
Los padres de la era industrial actual han olvidado lo útiles que pueden ser los niños en casa.
En otras épocas, en cambio, los adultos sabían que la vida iba a ser extraordinariamente dura si no conseguían criar cierto número de hijos. Se esperaba que los niños se «ganasen su sustento» con pleno sentido material.
En las sociedades agrícolas y pre-industriales, los niños se hacen cargo de la mitad, aproximadamente, de todo el trabajo que realizan los miembros de la unidad doméstica.
Los niños comienzan a realizar faenas domésticas apenas echan a andar… A los 6 años, ayudan a recolectar leña para el fuego y transportan agua para cocinar y lavar; cuidan de sus hermanos menores; plantan, escardan y recogen la cosecha; muelen los cereales; llevan la comida a los adultos en los campos; barren el suelo; hacen recados…
A la edad de 12 años, los niños varones, en promedio físicamente más fuertes, empiezan a producir más de lo que consumen.
En la adolescencia, están ya en condiciones de preparar la comida, trabajar a jornada completa en los campos, fabricar recipientes y pucheros, confeccionar esteras y redes, así como cazar, pastorear, pescar, o hacer, aún con menos eficacia, prácticamente todo lo que hacen los adultos.
A los 15, ya han compensado todos los años en que no se autosustentaban.
Como confirmó el antropólogo Marvin Harris, la relación entre el número de hijos y los ingresos ayuda a explicar por qué tantos países subdesarrollados han parecido contrarios al control de la población mediante planificación familiar: donde los beneficios netos de criar hijos exceden los costes, la familia que logre criar más hijos vivirá ligeramente mejor que sus vecinos… aunque disminuya el nivel de vida de la población general.
Cuando el modo de vida es, típicamente, la caza, la recolección o la agricultura, al envejecer los padres y abandonarles las fuerzas, los hijos resultan más valiosos.
O, más modernamente, cuando los padres envejecen y no pueden contar con pensiones, pagas, subsidios o asignaciones de beneficencia.
Es decir: cuando sólo pueden contar con sus hijos.
La decisión de criar más o menos descendencia, también se extiende al sexo de la misma.
La preferencia por los hijos varones es mayor donde, por su dureza, el suelo deba desbrozarse mediante un arado manual y una yunta de bestias escasamente dispuestas a cooperar.
Pero, en los arrozales, las operaciones más importantes son el transplante y la escarda; son actividades que las mujeres pueden realizar con idéntica eficacia que los hombres por no depender de la fuerza física, con lo que, en esas regiones, los padres carecen de prejuicios contra la descendencia de sexo femenino, y tienen tantas hijas como hijos.
La población agraria del Japón fue, en su momento, la más eficaz reguladora del proceso de reproducción de todo el mundo: durante el siglo XIX, los matrimonios campesinos ajustaban matemáticamente el tamaño y la composición sexual de su prole al tamaño y fertilidad de sus tierras.
Además, en Japón aún es popular el dicho de «primero la chica, después el chico«… Intentaban tener primero una hija, para que, como hermana mayor, pudiera ocuparse del varón o varones más pequeños.
Los padres adaptan su inversión procreadora para maximizar la contribución neta de los hijos a su bienestar.
Cuanto más rápido pasen los niños de consumir más de lo que producen, a producir más de lo que consumen, mayor será el número de hijos que los padres tratarán de criar.
La reducción del valor del trabajo infantil en la agricultura o en la industria artesanal, provoca una reducción de la tasa de natalidad.
Y ésta tiende a cero, si al mismo tiempo, se obtiene mejor rendimiento invirtiendo en la cara educación intelectual impuesta por la intensificación de la mecanización y la automatización.
La industrialización elevó los costes de la procreación, pero la posterior transformación de las economías, desde la producción de bienes a la producción de información y servicios, los ha disparado.
Y van a más, en una sociedad de economía virtual.
Las tasas de éxito reproductor pueden aumentar o disminuir según satisfagan los deseos, necesidades, instintos, límites de tolerancia, vulnerabilidades y demás componentes biopsicológicos conocidos de la naturaleza humana.
Las personas procuran aumentar al máximo su tasa de éxito reproductor, no porque los impulse un deseo irresistible de tener muchos hijos, sino porque, bajo sus circunstancias, contar con una descendencia numerosa permite acceder a más sexo, ocio, comida, riqueza, aliados, apoyo en la vejez u otros beneficios que aumentan la calidad de vida.
Sólo si incrementan ese bienestar biopsicológico, la gente tiene más hijos.
Y, si incrementan su bienestar biopsicológico teniendo menos, tienen menos.
Pedirle a los japoneses que tengan más hijos, no va resultar fácil.
Por lo menos… a las japonesas.
(Continuará)
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Tragedias griegas – 3 – Exodo
Presentamos el 3º y último capítulo del documental «DEUDOCRACIA«, de Aris Hatzistefanou y Katerina Kitidi.
Plantea el impago de toda la Deuda pública que no haya sido contraida lícitamente y en interés del pueblo.
Lo cual es distinto a la reciente aprobación en la Zona Euro de una «quita» o impago parcial del 50% de la Deuda de Grecia: no para evitar el desmantelamiento de los servicios, ni para destinar esos fondos a fines sociales… Justo lo contario: es para que Grecia pueda «asumir» los pagos de los intereses de la Deuda hasta el año 2020. Por eso está respaldado por el FMI. De ahí, la euforia de las Bolsas ante la noticia.
Y no se prevee que se nacionalicen los bancos griegos afectados… salvo para reflotarlos, pasando sus activos a otras manos, a precio de saldo, y posicionarse para una nueva odisea de burbujas especulativas.
Gran parte de la deuda pública de los países de la Zona Euro, como la del resto de países, es ilegítima, “odiosa“, porque es el resultado de políticas que van en contra de los únicos intereses que importan: los del pueblo.
Así que, estas deudas no deben ser pagadas por el pueblo en absoluto.
Si no se termina con el expolio de la Deuda, ésta se regenera exponencialmente, porque así se diseñó este mecanismo, que es la «tierra prometida» de los que buscan la desigualdad de muchos en favor de muy pocos…
Es preciso terminar con estas tragedias griegas de alcance mundial, salirse de esta estafa urdida entre bambalinas, y huir de la esclavitud, en un éxodo definitivo, sin retorno.
El documental está en idioma griego, español e inglés, con nuevos subtítulos en español revisados y actualizados.
Este es el enlace para el visionado: Deudocracia
[DEUDOCRACIA – 3ª PARTE]
Seis meses después, Correa dio un paso más atendiendo la demanda de las organizaciones sociales, creó la CAIC, un Comité de Auditoría.
(Habla Éric Toussaint, presidente del Comité para la Abolición de la Deuda del Tercer Mundo-CADTM)
Yo fui una de las personas que Correa eligió para el Comité.
Participaron 18 personas y 4 organizaciones nacionales.
Examinamos y analizamos todos los contratos de deuda firmados entre 1956 y 2006.
Trabajamos durante 14 meses.
Examinamos la deuda en bonos, la deuda con el FMI, con el Banco Mundial y con otras organizaciones internacionales.
Examinamos la deuda con otros países, como Francia, Japón y Alemania.
Por último, se analizó la deuda interna de Ecuador.
(Habla Hugo Arias, director del Comité Auditor de Ecuador)
“La pelea por tener acceso a la documentación fue dura, terrible…
Un colaborador nuestro, Alejandro Olmos (hijo), y yo mismo, fuimos declarados «personas no gratas» por el Ministerio de Finanzas. Los funcionarios escribieron una carta al Ministro, quejándose… de que estábamos «afectando» a los funcionarios del Ministerio.
Nosotros nos reímos de ese hecho, pero, para que vea que hemos tenido dificultades serias… Y hemos sido acusados de ser nosotros los ‘malos de la película’ en este proceso de auditoría.”
A pesar de las dificultades, el Comité llevó a cabo su labor y descubrió que gran parte de la deuda… era ilegítima.
Informó al estado, y éste, a su vez, informó a los ciudadanos.
La labor del Comité se hizo pública, lo cual fue muy importante.
El pueblo ecuatoriano ya sabe por qué eran ilegítimos los contratos de Deuda de los regímenes y gobiernos anteriores, especialmente los del año 2000.
Basándose en las conclusiones de la Comisión, el gobierno demostró que la deuda era ilegítima y declaró el cese de pagos del 70% de la deuda de Ecuador en bonos.
(Habla Hugo Arias, director del Comité Auditor de Ecuador)
“Ante esa situación, los tenedores de la deuda ecuatoriana comenzaron a sacar sus bonos al mercado, (que se cotizaron) a valores muy bajos… al 20% de su valor. ¿Y qué hizo Ecuador, secretamente?… El gobierno ecuatoriano comenzó a comprarlos: utilizó unos 800 millones de dólares para comprar 3000 millones de dólares de deuda, que, para el caso ecuatoriano, era una reducción muy importante de la deuda… Eso permitió, obviamente, mejorar las condiciones de vida de la gente.”
Además, se libraron de los intereses que habrían tenido que pagar hasta 2012 o 2030.
Se ahorraron, por lo menos, 7.000 millones de dólares, una cantidad enorme para el país.
Esto permitió al gobierno aumentar el gasto en educación, salud, la creación de empleo mejoras en infraestructura.
(Habla Rafael Correa, Presidente de Ecuador, 2006- )
“Ecuador ya no está en venta.”
“Hay compromisos nacionales urgentes, y nosotros primero antepondremos los compromisos nacionales a los compromisos internacionales… Nuestras prioridades son muy claras: primero, la vida, y luego, la deuda.”
En Grecia, historiadores, economistas y analistas políticos gastan cada día toneladas de tinta en decirnos cómo gestionar la deuda pública.
Sin embargo, hay una pregunta que muy pocos se plantean: el pueblo griego, ¿debe realmente tanto como dicen sus acreedores?
Hay pruebas de que la reciente deuda contraída por Grecia es ilegítima e ilegal.
Por ejemplo… Las autoridades griegas recibieron «regalos» de empresas multinacionales como Siemens, y su filial Siemens-Grecia… Sobornaron a ministros y funcionarios durante, al menos, una década, para conseguir contratos.
Esto son pruebas de ilegalidad e ilegitimidad.
Por lo tanto, esta deuda debe ser llevada a los tribunales. Para mí, es un caso claro.
La justicia griega no fue la apropiada para juzgar «el caso Siemens«.
Ya había sido excesivamente lenta en otros casos de contratos que aumentaron la deuda y que fueron firmados a espaldas del pueblo.
El gobierno ocultó la cifra real de la deuda griega en 2001, pero, al mostrar un presente de falsa prosperidad, estaba hipotecando el futuro.
La deuda griega parecía menor porque cambiaron un préstamo de Yenes a Euros usando tipos de cambio obsoletos.
El gobierno fue ayudado por Goldman Sachs, que ganó millones con la operación.
(Habla Mark Kirk, senador de EEUU)
«Me preocupa el papel de las instituciones financieras estadounidenses, sobre todo, de Goldman Sachs… Grecia se enganchó a la heroína de los préstamos, y Goldman Sachs hizo de camello.»
El engaño funcionó durante muchos años.
Y la élite griega demostró que sabía recompensar a sus aliados: el gobierno volvió a contratar a Goldman Sachs como asesor, con dinero del pueblo.
(Habla Jean Quatremer, periodista de «Liberación»)
Al mismo tiempo que aconsejaba al gobierno griego, Goldman Sachs le atacaba…
El escándalo salió a la luz en 2010.
Unos días antes, Petros Christodoulou, un ex-Goldman Sachs, había sido nombrado director de la Agencia Griega para la Gestión de la Deuda Pública.
Contratar a un Goldman Sachs es como contratar a un delincuente, es como contratar a un ladrón para que vigile tu casa.
Crees que un ladrón sabe cómo piensan los demás ladrones, y que vigilará tu casa mejor que nadie.
Pero hay mayor riesgo de que un día te robe y se largue.
¿Quién me garantiza que este ex-Goldman Sachs velará por los intereses griegos de la mejor manera posible?
Varios países culpan a Grecia por sus operaciones con Goldman Sachs.
Son los mismos países que se conchabaron con los gobiernos griegos para vender armas a Grecia por un montón de dinero.
(Habla Sahra Wagenknecht, Vice-Presidenta de «Die Linke»)
Cuando, hace un año, Alemania apoyó a Grecia, uno de las condiciones fue que Grecia siguiera comprando armas a Alemania.
Grecia debía reducir las pensiones y las prestaciones sociales, pero no las compras de armas.
De eso va el juego.
El gobierno alemán protege los intereses y las exportaciones de sus fabricantes de armas.
Esa gente quiere seguir vendiendo, aunque haya crisis.
(Habla Daniel Cohn-Bendit, presidente, de “Los Verdes/Alianza Libre Europea”)
¡Somos unos hipócritas!
El mes pasado, Francia vendió 6 fragatas a Grecia por 2.500 millones de dólares. Además, le vendió helicópteros a 400 millones cada uno, y aviones Rafale a 100 millones cada uno. Desgraciadamente, mis fuentes no han podido confirmar si fueron 10, 20 ó 30, pero el coste ha sido de casi 3.000 millones, al menos.
Alemania vendió 6 submarinos a Grecia, por valor de 1.000 millones.
¡Somos unos auténticos hipócritas!
Les damos dinero para que compren nuestras armas.
Gracias a la hipocresía europea, se piden recortes criminales y se toman decisiones criminales, siempre “por el bien” de Grecia…
¿O las armas son para que Grecia inicie una guerra devastadora?
(Entrevista a Giorgos Voulgarakis, Ministro de Orden Público entre 2004–2006)
– Hemos gastado mucho dinero. El doble de lo que se gastó en Sydney. Sabremos el coste total después de los Juegos Olímpicos.
– Ha mencionado la cifra de 1.200 millones de dólares en seguridad, ¿de dónde sale el dinero?
– Nosotros lo tenemos.
– ¿Es dinero griego, o viene del Comité Olímpico, o de EEUU?
– No, es dinero griego. Aunque puede que sea más de lo que nos podamos permitir. Y esa cifra, sólo en seguridad…
(Habla Éric Toussaint, Presidente de CADTMT)
Era un gasto enorme, exagerado, que ahora ahoga al pueblo griego.
Los préstamos para los Juegos Olímpicos salieron del dinero de los contribuyentes.
Es normal que la gente quiera saber por qué se multiplicó el presupuesto y en qué se fue el dinero.
Los Juegos Olímpicos y las operaciones corruptas con Siemens o Goldman Sachs no son sino una pequeña fracción de los negocios turbios realizados a expensas de la gente.
Sin embargo, hay cuestiones de mayor calado que no sólo afectan a Grecia, sino a todos los países de la periferia europea…
(Habla Costas Lapavitsas, profesor de Economía)
¿Se han seguido todas las normas que rigen la subasta de bonos?
¿Seguro que estaban legitimados los Bancos a los que se adjudicaron los bonos en el mercado primario o en el secundario?
¿Qué Bancos participaron?
¿Cómo pagaron?
¿Bajo qué términos y condiciones participaron?
(Habla Sahra Wagenknecht, Vice-Presidenta de «Die Linke»)
Gran parte de la deuda pública de los países de la Zona Euro es ilegítima, «odiosa«, porque es el resultado de políticas contra los intereses del pueblo.
Así que, estas deudas no deben ser pagadas por el pueblo.
Ecuador demostró que todos esos contratos ilegítimos u «odiosos» pueden salir a la luz creando un Comité de Auditoría.
¿Por qué no nos dicen de qué tipo de deuda se trata?
¿A cuánto asciende?
¿Cómo se llegó a ella?
¿A quién se le debe el dinero?
Por eso es necesaria una auditoría.
Una auditoría dirá de qué es la deuda.
Tenemos que conocer y denunciar todas las mentiras…
Las del gobierno y las de las empresas que se llevan el dinero del pueblo, y las de todos los papagayos a sueldo que alaban al gobierno.
Pero, ¿quién va a crear el Comité de Auditoría?
Y, sobre todo, ¿cómo estaremos seguros de que no será «otra comisión parlamentaria”, compuesta por las mismas personas que nos metieron en esta situación?
Los miembros de la Comisión de Auditoría no deben ser especialistas.
No es necesario.
Porque, si el gobierno designa un comité de especialistas, aunque vengan del extranjero, o aunque figuren ciudadanos comunes, existe el riesgo de que la comisión sea un mero portavoz del gobierno.
(Habla Hugo Arias, director del Comité Auditor de Ecuador)
“Los únicos que tienen autoridad moral, y el derecho de demandar una auditoría, es el pueblo, que es el que está sufriendo sus consecuencias.
Y es importante sensibilizar a toda la población, en este caso, a la población griega, a todas las organizaciones sociales griegas, para que se unan, llenen las calles, y demanden la auditoría.”
Los partidos políticos griegos ND y PASOK, que se beneficiaron de la creación de la Deuda, son muy reacios a realizar una auditoría, porque saldrá a la luz su responsabilidad.
Se tiene que movilizar la opinión pública…
Ciudadanos, organizaciones, sindicatos, jueces, intelectuales, artistas…Todo el mundo debe actuar.
Deben expresarse, y ejercer presión sobre la autoridad política.
En marzo de 2011, un grupo de personas de diferentes entornos políticos y laborales, formó una plataforma para exigir la formación de un Comité de Auditoría en Grecia.
Académicos, escritores, artistas, y representantes sindicales de todo el mundo apoyaron esta iniciativa.
El Comité de Auditoría mostrará qué partes de la deuda son «odiosas» o ilegítimas, y demostrará que, conforme al Derecho Internacional y Griego, el pueblo griego no está obligado a pagar dicha deuda.
No obstante, es una decisión más política que económica.
Porque, aunque la deuda fuese legítima, ningún gobierno tiene derecho a matar a su pueblo para conseguir que cobren sus acreedores.
Incluso, aunque la totalidad de la deuda griega de 350.000 millones resultara legítima, pese a que es evidente que no será el caso, Grecia no podrá devolverla nunca.
Tendrá que ser cancelada.
Si pagásemos la deuda, implicaría el desmantelamiento de la salud, el desmantelamiento de la educación, el desmantelamiento del sistema de transporte…
Así que la deuda es, socialmente, insostenible.
El gobierno dice que se va a dejar de pagar… a los ciudadanos.
No entiendo cómo un gobierno socialista, democráticamente elegido, puede decir que “no va a pagar a los ciudadanos” pero que “sí va a pagar a las instituciones financieras”.
La única salida viable para las próximas décadas es… no pagar esta deuda.
Esta deuda procede del neoliberalismo, y constituye un crimen contra la humanidad.
Nadie está obligado a pagar esta deuda, porque su origen está en la corrupción de los mercados financieros.
Es inmoral pagar una deuda inmoral.
La creación de un Comité de Auditoría, sólo es, en realidad, un arma valiosa para una batalla mayor.
Y, en esa batalla, sólo vale la victoria.
Si no libramos esa batalla, aunque nos cancelen la deuda varias veces, la deuda siempre resurgirá de sus cenizas.
Será una lucha ideológica, política y de clases.
La deuda es consecuencia de la lucha de clases.
No dudéis en defender vuestros derechos ante la UE y el gobierno.
Luchad por que os respeten, y por vuestros derechos, que están por encima de los dictados de esos acreedores.
Mirad a Túnez y Egipto.
Sólo cuando la gente realiza acciones, se puede cambiar realmente la situación.
Tenemos que liberarnos de la sumisión, liberarnos del FMI, liberarnos del BCE y liberarnos de la UE, porque los 3 sostienen la esclavitud económica de Grecia.
Este es el momento.
¡ Vamos !
Presentamos el tercer capítulo del documental “Zeitgeist: Moving Forward”, que se titula “Proyecto Tierra“, en el que proponen medidas que garanticen un futuro mejor, viable y sostenible para la Humanidad, rediseñando la sociedad actual a partir de los conocimientos científicos y técnicos ya existentes.
Está en idioma inglés, con subtítulos en español.
Estos son los enlaces para el visionado:
Esta es la transcripción:
[Parte 3: Proyecto Tierra]
Imagina que tenemos la posibilidad de rediseñar la civilización humana desde cero…
Imagina que se descubre un planeta igual que la Tierra, sólo que sin humanos.
Sería un lienzo en blanco.
Sin países, ni ciudades, ni contaminación, ni políticos…
Un entorno impoluto y abierto.
¿Qué haríamos con él?
Lo primero, sería tener claro el «objetivo«, ¿no?
El objetivo sería sobrevivir.
Pero sobrevivir de forma óptima, saludable y próspera.
La mayoría amamos vivir, y, preferiblemente, sin sufrir.
Por tanto, esa civilización deberá proveer el máximo soporte vital y sostenibilidad posibles para todas la personas del mundo, y a la vez intentando eliminar lo que resulte dañino a largo plazo.
Asumiendo ese objetivo de máxima sostenibilidad, lo siguiente a abordar es el «método» para conseguirlo.
Actualmente, la política rige las sociedades de la Tierra…
¿Y qué dicen los programas republicanos, liberales, conservadores o socialistas, sobre el «diseño de la sociedad«?
Hmmmm…
No dicen absolutamente nada.
¿Y la religión?
El gran creador debe haber dejado claro el diseño social…
Pues no… No hay ninguno.
Entonces… ¿en qué podemos basarnos?
En la «Ciencia«.
La ciencia es única, no sólo porque exige que las ideas propuestas sean demostrables y verificables, sino también porque lo que la ciencia propone siempre puede ser sometido a revisión.
Esa es la crucial diferencia con la religión y la política…
La ciencia no tiene ego, y en todo lo que propone, acepta la posibilidad de que, al final, pueda ser erróneo.
No se ata a nada, y evoluciona constantemente.
Esto suena bastante razonable.
Así que, en base al conocimiento científico de principios del siglo XXI, y teniendo en mente el objetivo de «máxima sostenibilidad«, ¿cómo iniciamos un proceso de construcción social ?
Pues respondiendo a la cuestión: ¿qué necesitamos para sobrevivir?
La respuesta es, por supuesto: los Recursos del planeta.
Recursos como el agua que bebemos, la energía que usamos, y las materias primas que utilizamos para crear herramientas y viviendas.
Precisamos muchos recursos del planeta para poder sobrevivir.
Por eso, es crítico inventariar qué tenemos y dónde está.
Es preciso investigar, identificando cada recurso físico del planeta y la cantidad disponible en cada ubicación, ya sean yacimientos de cobre, vientos para energía eólica, manantiales de agua potable, bancos de peces en el mar, las mejores tierras de cultivo, etc.
Pero como los humanos consumiremos estos recursos con el tiempo, no solo necesitamos inventariarlos, sino también monitorizar su uso.
Debemos asegurarnos que no se nos acaben, eso sería terrible.
Por eso, se han de monitorizar nuestras tasas de utilización, pero también las tasas de regeneración terrestre: cuánto tarda un árbol en crecer, o un manantial en volverse a llenar…
Esto se llama «Equilibrio Dinámico«.
Es decir, si acabamos con los árboles más rápido de lo que tardan en crecer, tenemos un grave problema, porque ese ritmo no es sostenible.
¿Cómo gestionar ese inventario, si los recursos están repartidos por todas partes?
Hay grandes minas en lo que llamamos Africa, hay energía en Oriente Medio, un gran potencial de energía mareomotriz en la costa Atlántica de Norteamérica, el mayor suministro de agua fresca está en Brasil, etc.
Bueno, una vez más, la vieja y querida ciencia tiene una sugerencia: se llama «Teoría de Sistemas«.
La Teoría de Sistemas reconoce que el tejido del mundo natural, desde la biología humana, a la biosfera terrestre, hasta la atracción gravitacional del propio sistema solar es un mismo y enorme sistema, unido sinérgicamente, completamente interconectado.
Las células humanas se conectan para formar nuestros órganos, y los órganos se conectan para formar nuestros cuerpos, cuerpos que no pueden vivir sin los recursos terrestres de alimento, aire y agua, que nos conectan inequívocamente a la Tierra. Y así sucesivamente.
Así que, siguiendo a la naturaleza, reunimos toda la información de inventario y monitorización, y creamos un «sistema» para administrarlos.
Un «Sistema de Gestión Global de los Recursos» para gestionar todos los recursos relevantes del planeta.
Es la única alternativa lógica que nos queda si queremos sobrevivir, a la larga, como especie.
Hay que administrarlo como un todo.
Habiendo comprendido esto, ya podemos pasar a la Producción.
¿Cómo usamos todo esto?
¿Cuál será el proceso de producción, y cómo vamos a asegurar que sea lo más optimizado posible para maximizar nuestra sostenibilidad?
Bien, lo primero siempre es intentar preservar.
Los recursos del planeta son finitos, así que es crucial adoptar la «estrategia» de preservarlos.
La «Preservación Estratégica» es fundamental.
Lo segundo sería reconocer que algunos recursos son peores que otros en cuanto a rendimiento.
Incluso, algunos provocan un efecto terrible en el medioambiente, que, irremediablemente, afecta también a nuestra propia salud.
Por ejemplo, al usar petróleo ó combustibles fósiles, siempre se liberan sustancias bastante destructivas al medioambiente.
Por eso, es crítico hacer lo posible por usarlos sólo cuando sea realmente necesario, o mejor, nunca.
Afortunadamente, podemos usar energía solar, eólica, de mareas y olas, calórica y geotérmica, e idear estrategias sobre cuál en concreto usar y dónde, para evitar consecuencias negativas o cualquier efecto fruto de la producción o el uso que dañe el medioambiente, y, en consecuencia, a nosotros mismos.
Lo llamaremos Seguridad Estratégica, que va asociada a la Preservación Estratégica.
Y, además, vamos a necesitar una «Eficiencia Estratégica» para la propia mecánica de producción.
Tendremos que adherirnos a 3 sencillos protocolos:
- El producto debe diseñarse para durar lo más posible. Si no fuese así, cuanto más se estropee, más recursos harán falta para reemplazarlo, y mayor el despilfarro.
- Cuando algo se estropee o ya deje de ser útil, es crítico que lo retiremos y reciclemos tanto como podamos. Esto debe tenerse en cuenta en el diseño del producto.
- Las tecnologías de muy rápida evolución, como la electrónica, al sufrir las más altas tasas de obsolescencia tecnológica, habrán de ser diseñadas previendo incorporar futuras actualizaciones. No tiene sentido desechar un sistema informático entero, por obsolescencia, o por rotura de un componente. Cada componente se ha de diseñar para ser fácilmente actualizado, y ha de ser totalmente estandarizado e intercambiable, previendo las futuras tendencias del cambio tecnológico.
En realidad, los mecanismos de “Preservación Estratégica”, “Seguridad Estratégica” y “Eficiencia Estratégica” son conceptos puramente técnicos, independientes de la opinión o parcialidad humanos, pues basta con programar estas estrategias en un ordenador que realice los cálculos; es actualmente factible calcular métodos para conseguir una producción sostenible.
Por muy complejo que parezca, sólo son cálculos de calculadora, los sistemas de toma de decisión y monitorización multi-variable ya se utilizan hoy día, sólo hay que extenderlos.
Así, además de nuestro Sistema de Gestión de Recursos, tendremos también un «Sistema de Gestión de la Producción«, siendo ambos fácilmente automatizables con ordenadores para maximizar la eficiencia, la conservación y la seguridad.
La complejidad informacional impide que una sola mente, ni muchas mentes humanas, puedan llevar a cabo esas tareas.
Pueden y deben ser realizadas por ordenadores.
También cabe replantear la Distribución.
¿Qué estrategias de distribución son sostenibles?
Dado que la línea recta es la distancia más corta entre 2 puntos, y que se requiere energía para propulsar el transporte, cuanto menor sea la distancia de transporte, mayor la eficiencia.
Producir cosas en un continente y enviarlas a otro, sólo tiene sentido si los productos en cuestión no pueden ser producidos en el área deseada.
No siendo así, es un despilfarro.
Debemos producir localmente, para que la distribución sea sencilla, rápida y consuma la menos energía posible.
Con esta «Estrategia de Proximidad«, se trata de reducir al máximo el transporte, ya sea de materias primas o de productos terminados.
También es importante examinar qué transportamos y por qué… Estamos hablando de la «demanda«.
La demanda debe incluir lo que necesiten las personas para disfrutar de buena salud y una calidad de vida alta.
Las necesidades materiales humanas abarcan, tanto los bienes vitales, de comida, agua y vivienda, como los bienes sociales y recreativos que permiten la relajación y el disfrute a nivel personal y social, ambos muy importantes para la salud humana y social.
A través de otra encuesta, las personas dicen sus necesidades, la demanda se evalúa, y la producción se realiza en base a dicha demanda.
Y puesto que la demanda de los diferentes bienes obviamente cambiará de una región a otra, debemos crear un «Sistema de Gestión de la Demanda y la Distribución«, para evitar la sobreproducción o la escasez.
Esto no es nada nuevo.
Ya se utiliza en la cadena de suministro de las tiendas para mantener un stock adecuado.
Ahora se trataría de una gestión a nivel global.
Pero, cuidado, para entender bien cuál es la demanda, debemos tener en cuenta el uso real de cada ítem.
¿Es lógico y sostenible que cada persona tenga, digamos, una unidad de cada ítem que se produzca, lo use o no?
No. Eso sería, tanto derrochador, como ineficiente.
Si una persona necesita algo, durante, por ejemplo, sólo 45 minutos cada día, es mucho más eficiente que lo tenga sólo cuando lo necesite.
Lo que se necesita, no es el ítem en sí, sino su utilidad.
Al recordar que lo importante del producto es su utilidad, vemos que esa ‘restricción externa’ que llamamos «propiedad«, es tremendamente derrochadora, medioambientalmente ilógica, y no tiene sentido funcional ni económico.
Así que necesitamos diseñar una estrategia de «Acceso Estratégico» como base para nuestro «Sistema de Gestión de la Demanda y la Distribución» para poder garantizar que se satisface la demanda, las necesidades de la población, accediendo a lo que se necesite, cuando se necesite.
Tiene sentido tener centros de productos a nivel regional, de forma que casi todo estaría muy cerca de la población, y uno, simplemente, llegaría, tomaría el artículo, lo usaría y, al terminar, lo devolvería…
Sería muy parecido a una biblioteca actual.
Habría centros generalistas al estilo de las actuales tiendas de barrio, y también habría centros especializados en áreas concretas si se utilizan ciertos ítems muy frecuentemente, ahorrando más energía, con menos idas y venidas del transporte.
Y una vez el «Sistema de Gestión de la Demanda» esté operativo, estará unido a nuestro «Sistema de Gestión de Producción» y, por supuesto, a nuestro “Sistema de Gestión de Recursos”, creando así un mecanismo de gestión económica global unificado y de actualización dinámica, que asegure nuestra sostenibilidad, protegiendo la integridad de nuestros limitados recursos, garantizando que sólo fabricamos los artículos más estratégicos, con la mayor calidad, y distribuyéndolos del modo más inteligente y eficiente posible.
Con este método basado en la conservación, se lograría, en contraste al modelo actual, un proceso lógico, empírico, conservativo y eficiente, que permita la verdadera sostenibilidad humana en el planeta, haciendo posible algo nunca visto en la historia humana…
El acceso a la Abundancia, no sólo para un pequeño porcentaje de la población mundial… sino para toda nuestra civilización.
Éste nuevo modelo económico, este enfoque sistémico responsable, orientado a la gestión global de los recursos de la Tierra, con procesos rediseñados para salvaguardar a la humanidad en su totalidad de la manera más eficiente y sostenible, podría denominarse una «ECONOMÍA BASADA EN LOS RECURSOS«.
Esta idea fue definida en los 70′ por el ingeniero social Jacque Fresco.
Comprendió que la sociedad se encaminaba al desastre con la naturaleza y consigo misma, que era insostenible, y que si las cosas no cambiaban, nos destruiríamos, de una forma u otra.
– Todas estas cosas que comentas, Jacque, ¿podrían ser construidas con lo que tenemos ya, o sólo estás adivinando… basándote en lo que tenemos hoy?
– No, todas esas cosas pueden ser construidas con lo que ya tenemos. Sólo tardaríamos 10 años en cambiar este mundo, para reconstruirlo como si fuese un Jardín del Edén.
Tú decides.
La estupidez de la carrera armamentística nuclear, la proliferación de armas, recurrir a los políticos eligiendo este o aquel partido político… cuando todos están inmersos en la corrupción.
Lo repito: comunistas, socialistas, fascistas, demócratas, liberales… nos da igual, queremos a los seres humanos, a todas las organizaciones que quieran mejorar la vida humana.
No hay problemas de Negros, o problemas de Polacos, o problemas de Judíos, o problemas de Griegos, o problemas de mujeres…
Yo no temo a nadie; yo no trabajo para nadie; nadie puede echarme. No tengo jefe. Pero me da miedo vivir en la sociedad en que vivimos.
Nuestra sociedad parece regida por incompetentes.
Hace 35 años, el sistema de libre empresa era estupendo.
Eso fue hace 35 años, ya no es útil.
Ahora, o cambiamos nuestra forma de pensar, o moriremos.
Las películas de terror del futuro serán sobre nuestra sociedad… sobre su crueldad… Y los políticos… tendrán su propia película de terror.
Mucha gente dice que la ciencia es «fría» porque es analítica, pero no saben por qué es analítica.
“Ciencia” significa acercarse cada vez más a la forma en que el mundo funciona.
Así que, es verdad: es fría.
Los científicos no buscan llevarse bien con la gente. Sólo contarles lo que han descubierto.
Se cuestionan todo, y si algún científico afirma que en cierto experimento, cierto material tiene ciertas propiedades, otros científicos han de poder replicar ese experimento y obtener los mismos resultados.
Además, si un científico afirma, en base a cálculos matemáticos, que el ala de un avión puede aguantar cierto peso, aun así, prueba a cargar sacos de arena sobre ella, y comprueba cuando se rompe, verificando si sus cálculos son correctos o erróneos.
Me encanta ese sistema, porque está libre de parcialidad, y libre de la creencia de que las matemáticas pueden resolver todos los problemas.
Las matemáticas también están a prueba.
Creo que todo sistema que pueda probarse, debe probarse.
Y todas las decisiones deberían basarse en la investigación.
Una «Economía basada en los Recursos» no es más que el método científico aplicado al interés social, un enfoque ausente en el mundo actual.
La sociedad es un invento técnico.
Y los métodos más eficientes para optimizar la salud, la producción, la distribución, la infraestructura urbana, etc., pertenecen al campo de la ciencia y la tecnología, no al de la política ni al de la economía monetaria.
Es igual, por ejemplo, que un avión… No hay un método republicano ni demócrata de construir un avión.
De igual manera, la naturaleza es la referencia que pone a prueba nuestra ciencia, es un sistema finito que poco a poco vamos comprendiendo.
A la naturaleza no le importa lo que tú pienses o creas subjetivamente.
Pero te da la opción de aprender y respetar sus leyes, lo cual te trae buena salud y sostenibilidad… o puedes ir a contracorriente, en vano.
Por mucho que creas poder caminar por las paredes, la ley de la gravedad no te lo permitirá.
Si no comes, morirás.
Si no te acarician cuando eres un bebé, morirás.
Por duro que parezca, la naturaleza es una dictadura, y podemos, o bien escucharla y estar en armonía con ella, o bien sufrir sus inevitables y adversas consecuencias.
Así que, una Economía Basada en los Recursos no es más que un conjunto de conocimientos vitales demostrados, donde todas las decisiones se toman para optimizar la sostenibilidad humana y medioambiental.
Enfatiza la «base vital» empírica que comparten todos los seres humanos, por necesidad, independientemente de su filosofía política o religiosa.
En este enfoque, no hay relativismo cultural.
No es una cuestión de opinión.
Las necesidades humanas son las necesidades humanas, y satisfacer las necesidades vitales, como aire limpio, comida nutritiva y agua potable, y un entorno positivo, motivador, estable, atento y no violento, es necesario para nuestra salud física y psicológica, para nuestra adaptabilidad evolutiva y, por tanto, para la propia supervivencia de la especie.
Una Economía Basada en los Recursos partirá de los recursos disponibles.
No puedes llevar mucha gente a una isla ni construir una ciudad para 50.000 personas, si no puedes cubrir sus necesidades vitales.
Así que, al hablar de un ‘enfoque sistémico global‘, hablo de hacer primero un inventario de la zona viendo lo que esta zona puede abastecer…
No es sólo arquitectura, ni tampoco un mero diseño; el diseño debe contemplar todos los requisitos necesarios para mejorar la vida humana, por eso es un enfoque integrado.
Alimento, ropa, vivienda, calidez, amor… Todos son necesarios, y si quitas alguno, el ser humano queda disminuido, no funciona bien.
Una Economía Global Basada en los Recursos, con su enfoque sistémico de la extracción, producción y distribución, se apoya en ‘estrategias’ económicas que verdaderamente garantizan la eficiencia y la sostenibilidad económicas.
Siguiendo esta lógica, ¿qué veríamos?… ¿Dónde se materializa?
En las ciudades.
La ciudad define la civilización moderna, facilitando el acceso eficiente a las necesidades vitales y un mayor soporte social e interacción comunitaria.
¿Cómo sería la ciudad ideal?… ¿Qué geometría debería tener?… ¿Cuadrada?… ¿Trapezoidal ?…
Bueno, para facilitar el poder moverse por ella, podríamos hacerla lo más equidistante posible…
Con forma circular.
¿Qué debería contener la ciudad?
Por supuesto, un área de viviendas, otra de producción, otra para generar energía, otra para la agricultura…
Pero también necesitamos ‘crecer’ como seres humanos, con cultura, naturaleza, esparcimiento y educación, incluyamos un parque abierto y agradable, un área de entretenimiento, eventos culturales y socialización, e instalaciones educativas y de investigación.
Como estamos trabajando con un círculo, sería lógico colocar estas funciones en cinturones según la superficie necesaria para cada propósito, y la facilidad de acceso.
Muy bien…
Primero, veamos las infraestructuras de la ciudad: los canales de transporte de agua, productos, residuos y energía.
Superando los actuales sistemas de agua y alcantarillado subterráneos, extenderíamos la canalización para integrar el suministro y el reciclaje de residuos.
No habría carteros ni basureros.
Es infraestructura de construcción.
Con tubos neumáticos automatizados y con tecnologías similares.
Para el transporte, algo parecido.
Ha de estar integrado, y diseñado para reducir o incluso eliminar del todo los automóviles, individuales y despilfarradores.
Tranvías eléctricos, cintas transportadoras y trenes magnéticos para ir por la ciudad, incluso verticalmente, y conexiones con otras ciudades.
Y, por supuesto, caso de necesitar un automóvil, este se conduce automáticamente via satélite, por seguridad.
De hecho, la conducción automática ya existe y funciona.
Cada año mueren 1,2 millones de personas en accidente de automóvil, y 50 millones de personas resultan heridas.
Esto es inadmisible, hay que evitarlo.
El diseño eficiente y los vehículos automatizados sin conductor permitirán reducir casi a cero esa cifra de muertos.
Pasemos a la Agricultura.
Hoy día, para reducir costes, se usan indiscriminadamente pesticidas, fertilizantes y otros productos, consiguiendo destruir mucha tierra cultivable del planeta y envenenar masivamente nuestros organismos.
De hecho, las toxinas químicas de origen industrial y agrícola ya afectan a casi todos los seres humanos, bebés incluidos.
Por suerte, tenemos magníficas alternativas: la hidroponía y la aeroponía son cultivos sin tierra que además consumen un 75% menos de agua y nutrientes.
Los alimentos pueden cultivarse orgánicamente a escala industrial en granjas verticales cerradas.
Una torre de 50 pisos alberga media hectárea, casi eliminando el uso de pesticidas e hidrocarburos.
Un cultivo industrial de alimentos con futuro.
Eficiente, limpio y abundante.
Sistemas avanzados para nuestro cinturón agrícola, que alimenta a toda la ciudad de forma autosuficiente, y ahorra tiempo, residuos y energía.
Y hablando de energía, el cinturón energético, con un enfoque sistémico, extraerá abundante electricidad de fuentes renovables: eólica, solar, geotérmica, de calor diferencial, y, si hay agua cerca, mareomotriz y olamotriz.
Para un suministro continuado de energía, estas fuentes estarían integradas en un solo sistema, abasteciéndose mutuamente cuando fuese necesario, y almacenando los excedentes de energía en grandes supercondensadores bajo tierra, de modo que nada se desperdicie.
La ciudad se autoabastece, pero también cada elemento genera electricidad mediante pinturas fotovoltaicas, transductores de presión estructural, termopares y otras tecnologías vigentes pero infrautilizadas.
Surge la pregunta: ¿cómo se crean esta tecnología y todo en general?
La Producción se realiza en el cinturón industrial, donde, además, hay hospitales y otros servicios.
Típicamente centralizado, obtendría las materias primas del ya presentado Sistema Global de Gestión de los Recursos, para atender la demanda de la población de la ciudad.
Para abordar la producción, veamos primero un fenómeno muy reciente en la historia humana pero que la está cambiando por completo…
Es la mecanización, o automatización del trabajo.
Si miras a tu alrededor, verás que casi todo lo que usamos se fabrica automáticamente.
Tus zapatos, tu ropa, tus electrodomésticos, tu coche… se fabrican con máquinas, en procesos automatizados.
¿Ha sido la sociedad inmune a los avances tecnológicos?
Por supuesto que no.
Nuevos sistemas han impuesto nuevas estructuras y necesidades, y han hecho obsoletas muchas cosas.
El desarrollo y uso de la tecnología han crecido de forma exponencial.
Y la automatización continuará, siempre que tenga sentido.
La automatización del trabajo mediante tecnología es la base de las grandes transformaciones sociales de la Historia.
Desde la revolución agrícola y la invención del arado, a la revolución industrial y la invención de los motores, a la actual era de la información con la microelectrónica y los ordenadores.
Viendo los avanzados métodos de producción actuales, se diría que la mecanización está evolucionando por sí sola.
La tradicional fabricación de piezas aisladas está en desuso, se tiende a crear el producto completo en un único proceso.
A muchos ingenieros, nos fascina la Biología, porque está llena de ejemplos extraordinarios de ingeniería.
La Biología es el estudio de las cosas que se copian a sí mismas.
Esa es la mejor definición de la vida.
Como ingeniero, siempre me ha llamado la atención la idea de máquinas que se copian a sí mismas.
RepRap es una impresora tridimensional, o sea, es una impresora que conectas a tu ordenador, y, en lugar de hacer diseños bidimensionales en hojas de papel, hace objetos reales, físicos y tridimensionales.
No es un invento novedoso, las impresoras 3D existen desde hace casi 30 años.
Lo más curioso de RepRap es que puede imprimirse a sí misma.
Así que, si tienes una, podrías hacer otra para regalo, o imprimir muchas otras cosas útiles.
Puede imprimir los enseres básicos de la casa, o el chasis de un automóvil de una sola pasada.
La moderna impresión 3D automatizada puede transformar casi todas las áreas de producción, incluida la construcción de viviendas.
Contour Crafting es un sistema de construcción basado en la impresión 3D, que construye directamente los objetos 3D partiendo de un modelo computarizado.
Contour Crafting puede construir una casa de 180 m2 en un solo día, sin ayuda humana.
Automatizar la construcción, tiene muchas ventajas.
Por ejemplo, la construcción requiere mucha mano de obra, y, aunque da trabajo a un sector de la sociedad, también conlleva problemas y disgustos.
En efecto, la construcción es el trabajo más peligroso que existe.
Incluso peor que la minería y la agricultura.
Ostenta la tasa de mortalidad más alta de casi todos los países.
Otro problema: los residuos.
En promedio, construir una casa en EEUU genera de 3 a 7 toneladas de residuos.
Es una cifra enorme, si se considera todo lo construido, y que la construcción acapara el 40% de los productos industriales del mundo.
Un gran desperdicio de energía y de recursos, y también un daño considerable al medioambiente.
Con la tecnología disponible actualmente, es absurdo construir casas con martillos, clavos y madera.
Este trabajo desaparecerá de EEUU, como ya desapareció el manufacturero.
Recientemente, el economista David Autor, del MIT, afirmaba en un estudio que nuestra clase media está quedando obsoleta, y siendo reemplazada por la automatización.
Es fácil de entender: hoy día, la mecanización es más productiva, más eficiente y más sostenible que la mano de obra en prácticamente todos los sectores la economía.
Las máquinas no necesitan vacaciones, descansos, seguros o pensiones, y pueden trabajar las 24 horas, todos los días.
Vencen al trabajo humano en cantidad y en precisión.
En resumen, el trabajo humano repetitivo resulta obsoleto e improductivo en todo el mundo.
El desempleo que vemos hoy es, en realidad, resultado de esta evolución en la eficiencia de la tecnología.
Durante años, los economistas de mercado han menospreciado este creciente «desempleo tecnológico» porque siempre aparecían nuevos sectores para reabsorber a los trabajadores despedidos.
Hoy, el único núcleo de actividad que queda es el «sector servicios«, que actualmente emplea al 80% de los trabajadores de EEUU, como ocurre en la mayoría de países industrializados.
Sin embargo, este sector está siendo amenazado cada vez más por kioskos automatizados, restaurantes automatizados e incluso tiendas automatizadas.
Hoy, por fin, los economistas reconocen lo que han negado durante años: el «desempleo tecnológico«, no sólo agrava la actual crisis laboral mundial, causada por la caída de la economía global, sino que, a mayor recesión, más rápidamente se mecaniza la industria.
La trampa oculta es que, cuanto más rápido se mecaniza para ahorrar dinero, más gente se despide, y menor es el poder adquisitivo general.
Así que, cuanto más barato produzcan las empresas, menos gente tendrá dinero para comprar cosas, por muy baratas que éstas sean.
El juego de «trabajar por un salario» ya se está acabando.
De hecho, muchos trabajos actuales podrían ser absorbidos ya mismo por la automatización…
Si se aplicara, el 75% de la mano de obra mundial podría ser reemplazada por máquinas mañana mismo.
Por eso, en una Economía Basada en los Recursos, no hay ningún Sistema Monetario de Mercado.
No existe ningún dinero… porque no hace falta.
Una Economía Basada en los Recursos reconoce la eficiencia de la mecanización, y la acepta.
No la combate, como se hace ahora.
¿Por qué?
Porque sería irresponsable no aceptarla.
Nos interesa la eficiencia y la sostenibilidad.
Y esto se refleja en la diseño de la ciudad.
En el centro, está la Cúpula Central, que alberga el complejo educativo, el centro de transportes, y el ordenador que realiza la operativa técnica urbana.
La ciudad es, de hecho, una gran máquina automatizada.
Tiene sensores en todos los cinturones técnicos, para monitorizar los procesos agrícola, energético, la producción, la distribución, etc.
¿Haría falta gente para supervisar estos procesos, por si acaso hay un mal funcionamiento o roturas?
Seguro que sí, pero muy poca.
Cada vez menos, conforme los procesos se vayan mejorando.
Al final, en ese tipo de tareas, como mucho, trabajaría el 3% de la población urbana actual.
Suficientes, porque será un sistema económico diseñado para cuidarte y asegurar tu bienestar, sin tener que someterte cada día a la pequeña dictadura de un trabajo que, además suele ser técnicamente innecesario o socialmente inútil, sólo para pagar una deuda artificial y poder llegar a fin de mes…
Sin esa rémora, la gente se ofrecerá voluntaria para mantener y mejorar un sistema que cuida de ellos.
Es un «incentivo» más que suficiente, y contradice la falacia de que, sin la presión externa de «trabajar para vivir«, la gente se quedaría sentada sin hacer nada, y se convertiría en bolas de grasa perezosas.
Eso es un disparate.
En realidad, el sistema laboral actual lo que genera es pereza, no laboriosidad.
De niño, eras inquieto, lleno de vida, querías saber cosas nuevas, crear, explorar… pero, conforme pasó el tiempo, el sistema te empujó hacia un único objetivo: ganar dinero.
Llevas una venda desde el parvulario a la universidad.
Sólo eres un peón más, una pieza más del engranaje que beneficia a un elitista 1%.
Los estudios científicos demuestran que, en tareas donde aplicar ingenio y creación, la motivación para la gente no es el dinero…
La recompensa es la creación en sí.
El dinero sólo parece servirnos como incentivo ante tareas banales y repetitivas, que, en realidad, deberían hacer las máquinas.
La innovación da sentido a la mente humana, no el incentivo monetario, que ha demostrado ser un obstáculo que interfiere y nos aparta del pensamiento creativo.
Esto explica por qué Nikola Tesla, los hermanos Wright y otros inventores que tanto han aportado al mundo, no inventaban por dinero.
El dinero no es un verdadero incentivo, y causa mucho más daño que otra cosa.
Presentamos el segundo capítulo del documental “Zeitgeist: Moving Forward”, que se titula “Patología social“, en el que se abordan los fundamentos de la economía de mercado y el sistema monetario (ya anticipados en este Blog), y las consecuencias e nuestra incivilización actual.
Responde a preguntas como éstas:
- ¿ Es lícita la propiedad privada ?
- ¿ Quien era, inicialmente, «la mano invisible del mercado» ?
- ¿ Cuál es la relación entre el PIB y la calidad de vida de las personas ?
- ¿ Vamos hacia un «desperdicio cero» ?
- ¿ Es factible crear el mejor producto posible, al menor precio posible ?
- ¿ De dónde viene nuestro sistema de valores ?
- ¿ De quién es la culpa si un anciano muere de congelación por no pagar el recibo de la luz ?
- ¿ Desear equivale a comprar ?
- ¿ Qué puede crecer sin fin ?
- Aparte de ver visiones y experimentar psicopatías, ¿ a la gente con lesiones cerebrales le va mejor en Bolsa ?
- ¿ Cómo de transparente es la Bolsa desde que no hay corredores de bolsa negociando frenéticamente y en voz alta ?
- ¿ Quien puede pagar toda la Deuda financiera acumulada ?
- ¿ Cuánta riqueza mundial posee el 1% de personas (los más ricos) del mundo?
- ¿ Los pobres enferman más porque no pueden pagar la asistencia médica ?
- ¿ La falta de respeto genera violencia y crimen, al punto de que el sentimiento de humillación e inferioridad les guie, sin sopesar el previsible castigo ?
Está en idioma inglés, con subtítulos en español.
Estos son los enlaces para el visionado:
[Parte II: Patología Social]
Uno podría preguntarse: ¿ dónde empezó todo esto ?… Porque hoy tenemos un mundo en estado de desastre continuo.
[El Mercado]
Todo comienza con John Locke.
John Locke aborda el concepto de «propiedad«, y pone 3 cortapisas al derecho a la «propiedad privada«.
Las 3 cortapisas son: debe quedar suficiente para los demás, no debe pudrirse, y, sobre todo, uno ha de contribuir con su propio trabajo.
Parece justificado que al unir el trabajo a los recursos, se tenga derecho al producto obtenido, siempre y cuando quede lo suficiente para los demás, siempre y cuando no haya destrozo, y siempre que no permitas que se pudra.
Locke dedicó muchas páginas a este tema, y al gobierno, siendo sus textos la base del actual sistema económico, político y legal… Son textos clásicos que aún se estudian.
Después de enunciar las cortapisas a la «propiedad privada«, que, podríamos pensar, tienen todo el sentido, para defender una «propiedad privada» dentro de un orden… ¡Va, y traiciona esas cortapisas!
Las traiciona, de repente, con tan sólo una frase… Dice que las cortapisas no se aplican debido a “la invención del dinero, y al acuerdo tácito de los hombres de reconocerle un valor, lo que permite posesiones más extensas«.
No dice que las cortapisas a la propiedad privada desaparezcan o pierdan validez, pero, al fin y al cabo, eso es lo que consigue: el dinero las elude.
De modo que, de repente, ni el producto ni la propiedad se consiguen con trabajo.
No… Ahora, se consiguen con dinero.
Ya no importa que no quede suficiente para los demás.
Y tampoco aplica lo de pudrirse, porque, para Locke, el dinero es como el oro y la plata, que no pueden pudrirse y por lo tanto, el dinero no llega a desperdiciarse… Eso es ridículo. El problema de usar dinero, oro o plata, radica en sus consecuencias.
Es una incongruencia tras otra.
Es un descarado truco de prestidigitación lógica para llevar las cosas a su terreno, al terreno de los dueños del capital.
Más tarde, Adam Smith, añadió mayor justificación religiosa.
Locke ya decía que se trataba de la voluntad de Dios, que la autoridad para apropiarse emanaba de Dios, pero Adam Smith fue más lejos: era el mismo Dios…
Smith vino a decir que Dios era la ‘mano invisible‘, que Dios era el ‘mercado’.
Así que ya no tenía sentido debatir sobre la “propiedad privada”, porque su origen… ¡es Divino!
Que haya ‘inversores que compren el trabajo ajeno’… ¡es Divino!
No hay límite al trabajo ajeno que se puede comprar, ni a lo que se puede acumular, ni a la ‘desigualdad’… porque ‘son Divinos’.
Otra gran idea que se deja caer entre paréntesis, como de pasada…
Si unos ponen productos a la venta (la ‘oferta’) y otras personas los compran (la ‘demanda’)…¿ cómo se iguala la oferta a la demanda, o la demanda a la oferta ?… ¿cómo pueden llegar a un equilibrio?
Esa es una cuestión central de la economía: cómo se logra ese equilibrio… Y Smith responde: por ‘la mano invisible del mercado’.
Ahora resulta que «Dios» está al quite.
Dios no sólo nos da el derecho a la propiedad, los recursos y la «ley natural», como afirmaba Locke…
Ahora, «Dios» es el sistema mismo.
De hecho, Adam Smith, dice, como se puede leer en su libro ‘La Riqueza de las Naciones‘:
«la escasez de los recursos pone límites a la reproducción de los pobres, y la naturaleza no puede hacer otra cosa que eliminar a sus hijos.»
Así que Smith anticipó la Teoría de la Evolución, porque es muy anterior a Darwin, pero en el peor de los sentidos.
A los ‘pobres’ les llamó, la Raza de los Trabajadores.
Es algo peor que el racismo.
La mano de Dios hace inevitable que mueran innumerables niños: los mata la misma «mano invisible que equipara la oferta a la demanda, y la demanda a la oferta«.
¿Ves qué sabio es «Dios«?
La brutal destrucción de vidas, y el eco-genocidio posterior, están justificados por esas ideas de Adam Smith.
El sistema capitalista, llamado ‘de libre mercado’, concebido por los primeros filósofos económicos, como Adam Smith, era un «mercado tradicional” para comerciar bienes vitales, tangibles y reales.
Adam Smith nunca pudo suponer que el sector económico más lucrativo acabaría siendo, al final, el comercio financiero, el de «inversiones«, donde se gana dinero simplemente moviendo el dinero, en un juego ventajista de nula productividad para la sociedad.
Aunque parezcan degeneraciones de la idea original de Smith, estas aparentes anomalías no son sino el fruto de un principio fundamental de su teoría: el dinero es tratado como un producto, en sí y por sí mismo.
Hoy día, en todas las economías del mundo, sea cual sea su sistema social, el dinero se busca por el dinero en sí, y por nada más.
La idea que subyace bajo la misteriosa definición religiosa de “la Mano invisible” de Adam Smith, es que la sola y egoísta búsqueda de este producto ficticio, conseguirá, por arte de magia, el progreso y bienestar humano y social.
Pero, en realidad, incentivar la búsqueda del beneficio monetario, que algunos denominan “la cadena de valor monetario”, se ha disociado completamente del ‘objetivo vital’ fundacional, de “la cadena de valor vital”.
Lo que ha pasado es que la doctrina económica ha confundido completamente esas 2 cadenas de valor.
Dicen que la cadena de valor monetario proporciona la cadena de valor vital, que si se venden más productos, y crece el PIB, aumentará el bienestar, y que el PIB es el principal indicador de la salud social…
Ahí está la confusión.
La cadena de valor monetario es el beneficio obtenido de la venta de la producción, pero lo confunden con la “producción vital”, con la reproducción.
Así que, desde el principio, han asociado el dinero a la cadena de valor vital.
Se trata de un engaño deliberado y bien estructurado, tanto más letal cuanto más disociada está la cadena de valor monetaria de cualquier producción real.
Es una enfermedad del sistema, una enfermedad letal.
[Bienvenido a la Máquina]
En la sociedad actual, rara vez oirás hablar del progreso de un país o de una sociedad en función de su bienestar físico, de su felicidad, de la confianza o de la estabilidad social.
En su lugar, lo miden usando abstracciones económicas.
Tenemos el Producto Interior Bruto, el Índice de Precios de Consumo, el índice del mercado bursátil, la tasa de inflación… y otros.
¿ Pero miden algo real, o la calidad de vida de las personas ?
No. Son indicadores de la cadena de valor monetaria en sí misma, y nada más.
Por ejemplo, el Producto Interior Bruto de un país mide el valor de los bienes y servicios vendidos.
Pero dicen que mide la «calidad de vida» de la gente del país.
En EEUU, la sanidad supuso el 17% del PIB en 2009, unos 2 billones de euros.
Se deduce, por tanto, que tuvo un efecto positivo.
Y, según esta lógica, la economía de EEUU mejoraría si los servicios de sanidad aumentaran todavía más, si llegasen a 3… a 5 billones… ya que generaría más crecimiento, más trabajos, y por lo tanto, para orgullo de los economistas, aumentaría la calidad de vida del país.
Pero, un momento… porque… ¿qué significan realmente los servicios sanitarios?
Pues, que hay gente enferma y moribunda.
Eso es. Cuantos más enfermos haya, mejor irá la economía del país.
Ajá. Y no es una exageración ni una postura cínica.
Si se analiza a fondo, el PIB no sólo no mide la salud pública o social reales… El PIB es una medida de la ineficiencia industrial y de la degradación social.
Y cuanto más aumente, peor nos irán las cosas a nivel personal, social y medioambiental.
(Habla Michael C. Ruppert, periodista e investigación)
Sólo se obtienen beneficios, generando problemas.
El sistema actual no contempla beneficios económicos por salvar vidas, ni por devolver el equilibrio al planeta, ni por la justicia, ni por la paz…
Ahí no hay beneficios.
Hay un viejo dicho… “Aprueba una ley, y crearás un negocio«.
Ya sea un negocio para un abogado, o para quien sea.
Así, la delincuencia es negocio, igual que la destrucción es negocio en Haití.
En EEUU, hay unos 2 millones de personas en prisión, muchas de ellas en prisiones propiedad de empresas privadas como CCA y Wackenhut, cuyos valores se revalorizan en Wall Street según aumente la cantidad de personas que estén en prisión.
Eso es algo enfermizo.
Pero es un reflejo de lo que este sistema económico demanda.
¿ Y qué es lo que demanda este sistema económico ?… ¿ Qué sostiene a nuestro sistema económico ?
El consumo.
O, siendo más exactos, el “ciclo de consumo”.
Si se desnuda la economía clásica de mercado, queda un intercambio monetario que, si se detiene, o tan siquiera se desacelera, imposibilitaría mantener la sociedad actual.
Hay 3 actores principales en el escenario económico: el empleado, el empleador y el consumidor.
- El empleado vende su trabajo al empleador por dinero.
- El empleador vende sus bienes de producción al consumidor, a cambio de dinero.
- El papel del consumidor lo hacen empleador y empleado cuando gastan su dinero, que vuelve al sistema para permitir que el ciclo de consumo continúe.
Es decir, la economía de mercado actual presupone que siempre habrá suficiente demanda social de producto, como para que el dinero circule a un ritmo suficiente que mantenga en marcha el proceso de consumo.
Y cuanto más alta sea la tasa de consumo, mayor es el llamado crecimiento económico que mantiene en marcha a la máquina…
Pero, un momento…
¿No debía servir la economía para «economizar«?
¿El término «economía» no se refería a preservar la eficiencia y reducir el despilfarro?
En efecto… un sistema que exige consumir cada vez más… ¿ cómo preserva la eficiencia, y «economiza» ?
Pues… No, no lo hace.
El propósito del sistema de mercado es, en realidad, justo el opuesto del de una verdadera economía, que sería utilizar lo necesario para producir y distribuir los bienes vitales, de forma eficiente y conservacionista.
Vivimos en un planeta finito, con recursos finitos, donde, por ejemplo, el petróleo que hoy usamos, tardó millones de años en crearse, igual que los minerales que estamos utilizando.
Así que… un sistema que deliberadamente promueve la aceleración del consumo en pro del crecimiento económico, es una pura locura social y ecológica.
La eficiencia lucha contra el despilfarro.
¿ Que si hay despilfarro ?… Este sistema es el más derrochador de los sistemas habidos en la historia del planeta.
Todos los organismos y sistemas vivos sufren crisis y amenazas, y están en decadencia o colapso.
Todas las publicaciones serias de los últimos 30 años dicen lo mismo: que todos los sistemas vivientes sufren deterioro, incluso nuestros programas sociales… hasta el acceso al agua.
Intenta nombrar cualquier recurso vital que no esté amenazado y en peligro…
No puedes.
Ninguno se libra, y eso es muy, muy preocupante.
Pero ni siquiera nos atrevemos a indagar sobre la causa.
No queremos enfrentarnos a la causa.
Sólo queremos seguir adelante.
Ahí se ve la locura… Seguir haciendo lo mismo, una y otra vez, aunque está claro que no funciona.
En realidad, esto no es un sistema económico… más bien, esto es un sistema anti-económico.
[La Anti-Economía]
Nos dicen que el modelo de mercado competitivo, busca “crear el mejor producto posible, al menor precio posible«.
Nos dicen que, gracias a ese incentivo, a mayor competencia de mercado, mayor calidad de los productos.
Si yo tuviese que construirme una mesa, utilizaría los materiales mejores y más duraderos, con la intención de que aguantase lo más posible.
¿Querría hacer una mesa endeble sabiendo que, con el tiempo, la tendría que hacer de nuevo, y gastar más materiales y energía?
Esto, que parece tan lógico en el mundo físico… en el mundo mercantil, no sólo es considerado absurdo, es que ni se lo plantean.
Es técnicamente imposible producir «lo mejor» si ha de ser competitivo, ser asequible para el consumidor.
En realidad, todo lo creado y puesto a la venta en la economía global, es de «calidad inferior«, porque les resulta imposible cuadrar el hacer productos más avanzados y eficientes, y que sean también sostenibles y duraderos.
La economía de mercado exige la «eficiencia en costes«: se precisa reducir gastos en cada etapa de la producción.
En todos los costes: mano de obra, materiales, embalaje…
Con esta estrategia competitiva, buscan que el público compre sus productos, en lugar de los de otro competidor… que está haciendo exactamente lo mismo, para que sus productos también resulten competitivos.
Este persistente despilfarro del sistema podría denominarse “obsolescencia especulativa”.
Sin embargo, sólo es parte de un problema mayor…
Uno de los principios básicos de la economía de mercado, que, por cierto, no figura en ningún libro de texto, es: «Nada de lo producido debe poder durar tanto como para poner en peligro el ciclo de consumo».
Es preciso que las cosas se averíen, que fallen o caduquen algún tiempo después.
Esto se llama “obsolescencia programada”, y es la columna vertebral en la estrategia de mercado de todas las empresas productoras.
Por supuesto, muy pocas empresas reconocen usar esa estrategia, y la enmascaran bajo la obsolescencia especulativa, ignorando o suprimiendo nuevos avances tecnológicos que podrían crear un producto más sostenible y duradero.
Así que, al derroche especulativo del sistema, que impide crear productos más duraderos y eficientes, se une la obsolescencia programada para reducir la vida del producto, y así poder mantener el ciclo de consumo, y, en consecuencia, el sistema económico de mercado.
Como la sostenibilidad o durabilidad del producto es inversamente proporcional al crecimiento de la economía, se acorta deliberadamente la vida útil de los productos.
Es la única manera de que el sistema funcione.
Los inmensos vertederos que se extienden por el planeta, atestiguan la presencia de la obsolescencia.
Millones de productos baratos, teléfonos móviles y ordenadores, portan minerales escasos y de difícil extracción como el oro, el coltán y el cobre, que se pudren en grandes vertederos debido al mal funcionamiento o a la obsolescencia de pequeñas componentes que, en una sociedad conservacionista, podrían repararse o cambiarse, prolongando la vida del producto.
Así, la eficiencia lógica que se debe aplicar a un planeta finito con recursos finitos, es totalmente ineficiente para el mercado.
En resumen: la Eficiencia, la Sostenibilidad y la Conservación son los enemigos de nuestro sistema económico.
Sin importar el impacto ambiental, los productos se crean y recrean constantemente.
Y con el sector servicios, pasa igual.
No se obtiene beneficio monetario si se resuelven los problemas que justifican esos servicios.
Realmente, lo último que la medicina privada querría sería curar enfermedades tales como el cáncer, porque se eliminarían muchos empleos y millones de ingresos.
Y, ya que sale el tema…
Económicamente hablando, el crimen y el terrorismo son buenos en este sistema, pues crean empleos de policía, y generan un caro mercado relacionado con la seguridad, por no mencionar los beneficios obtenidos de las cárceles privadas.
¿ Y qué decir de la guerra ?
La industria de la guerra es un gran motor del PIB, y en EEUU (sobre todo, pero también en otros países) es una de las industrias más lucrativas… aunque produce armas para la destrucción y la muerte.
El juego favorito de esta industria es destruir cosas para luego ir, y reconstruirlas.
Todo por el beneficio.
Véanse los recientes y billonarios contratos gracias a la guerra de Iraq.
El resultado final es que las peores lacras sociales se han convertido en rentables para la industria, y cualquier intento por resolver problemas, o por la sostenibilidad del medio ambiente y la conservación, chocan frontalmente con el sistema económico.
Por eso, cada vez que veas que sube el PIB de un país, asistes al crecimiento de unas carencias, reales o inventadas.
Por definición, una carencia surge de una ineficiencia.
Por lo tanto, si aumenta una carencia, es que ha aumentado una ineficiencia.
[Manipulación del Sistema de Valores]
El ‘sueño americano‘ se basa en el consumismo desenfrenado.
En el hecho de que los medios de comunicación, y, sobre todo, la publicidad comercial (debido a que todas las empresas necesitan crecimiento infinito) nos han convencido, o lavado el cerebro a la mayoría de personas de EEUU y del mundo, con que tenemos que tener X posesiones materiales ya, y la posibilidad de tener infinitas más, para ser felices.
Eso, simplemente, no es verdad.
¿ Y por qué la gente continúa comprando así, causando un eco-genocidio sistémico ?
Por una matemática de reflejo condicionado.
Si condicionas a un organismo de una determinada manera, obtienes los comportamientos, metas u objetivos deseados… De hecho, utilizan todas las tecnologías disponibles, y presumen de entrar en la mente de los niños, para condicionarlos hacia las marcas comerciales.
Así es como las personas nos volvemos tan tontas.
Se nos ha enseñado a ser tontos.
Es una manipulación del sistema de valores.
Si algo demuestra lo moldeable que es la mente humana, si algo demuestra cuán maleable es el pensamiento humano, y cuán fácil podemos llegar a ser guiados y condicionados, debido a los estímulos y refuerzos que recibimos desde el entorno… ahí está el mundo de la publicidad comercial.
Es asombroso el lavado de cerebro realizado sobre esos robots programados, conocidos como «consumidores«, que vagan hasta entrar a una tienda, y gastar, pongamos, 4000 euros en un bolso, cuyo coste es, seguramente, de 10, siendo fabricado en una empresa explotadora extranjera, solo por el ‘estatus cultural‘ que supuestamente da esa marca.
Los antiguos valores de la vida comunitaria, que incrementaban la confianza y la cohesión en la sociedad, han sido suplantados por los valores materialistas, y ahora intercambiamos porquerías inútiles, varias veces al año.
Por eso hay tanta gente obsesionada con las compras, porque han sido condicionados desde niños, a desear bienes materiales, como muestra de status en su familia y amigos.
Los valores sostienen el funcionamiento de toda sociedad, y la actual es como es, sólo porque nuestros valores sostienen el consumo desenfrenado que requiere el sistema de mercado.
Hace 75 años, el consumo per capita en EEUU y el Primer Mundo era la mitad del consumo actual.
La cultura de consumo actual ha sido creada e impuesta por la presión para aumentar los niveles de consumo.
Por eso, la mayoría de empresas ya gastan más dinero en publicidad, que en el proceso de producción.
Trabajan duro para crear falsas necesidades que has de satisfacer.
Y les funciona.
[Los «economistas»]
De hecho, los economistas no son realmente ‘economistas’.
Son publicistas del dinero, y todos sus modelos son meros intercambios de fichas para el lucro de las partes, totalmente ajenos al mundo vital real.
Está el caso del anciano de Ohio que no pagó el recibo de la luz… La compañía eléctrica le cortó el suministro, y el hombre murió.
Le cortaron la luz porque no obtenían beneficios si le mantenían el suministro, pero él no pagaba el recibo.
“- ¿ Cree que actuaron bien ?»
“- La culpa, realmente, no es de la compañía eléctrica, sino de los vecinos, amigos y compañeros de ese hombre que no mostraron la suficiente caridad para permitirle, como individuo, poder pagar su recibo de luz»
(Milton Fiedman, economista)
Mmmm… A ver…
¿He oído bien?
¿ Ha dicho que si un hombre muere por no tener dinero, la culpa es de otras personas, por la falta de caridad ?
Porque, si eso es así, vamos a necesitar muchas campañas, muchas recogidas de monedas y muchas huchas en todo el planeta para los 1000 millones de personas que hoy se mueren de hambre, gracias al sistema económico que Milton Friedman promociona.
Ya sean las teorías de Milton Friedman, F.A. Hayek, John Maynard Keynes, Ludwig von Mises, o de cualquier otro famoso economista de mercado, el razonamiento rara vez se sale de lo monetario.
Es como una religión.
Análisis del consumo, políticas de estabilización, déficit de gastos, demanda agregada…
Es un inacabable y recursivo discurso auto-contenido, donde la necesidades humanas, los recursos naturales y la búsqueda de la eficiencia, son descartados porque sí, y sustituidos por la singular idea de que los seres humanos, con sólo buscar tener más dinero que los demás, motivados por su propio y exclusivo interés personal, mágicamente crearán una sociedad sostenible, saludable y equilibrada.
No hay referencias a la vida en toda esta teoría, en toda esta doctrina.
¿ A qué se dedican, pues ?
Se dedican a seguir el rastro del dinero.
Sólo a eso, siguen al dinero, es lo único que les importa.
- Uno: No hay referencias a la vida… Casi nada… ¡ a la vida !
- Dos: Todos los agentes económicos buscan su beneficio egoísta. O sea, que sólo piensan en sí mismos, y en su propio provecho.
Así, lo único «racional» es la libertad para acaparar, y lo único que les interesa es maximizar el dinero o los productos.
¿ Y qué lugar ocupan las relaciones sociales ?… Ninguno, salvo el intercambio útil para engrandecerse.
¿Y nuestros recursos naturales ?… No importan, salvo para explotarlos.
¿Y la supervivencia de las familias ?… Tampoco importa. Basta con que tengan dinero para ‘comprar’…
Pero… ¿no debería la economía ocuparse de las necesidades humanas?… ¿No es eso lo fundamental?
Ah, pero esas «necesidades» no vienen en el diccionario… Sólo hay «deseos«.
¿Qué es «deseo«?
Pues dinero para comprar.
Deseos de dinero para comprar, no son necesidades humanas.
Sobre todo, si una persona no tiene dinero, pero necesita desesperadamente, por ejemplo, agua.
Y si «deseo» dinero para un inodoro de oro… ¿ A qué se destina ?… Al dichoso inodoro de oro.
¿Y esto es «economía«?
Desde luego, se trata del mayor y más descarado engaño de la historia del pensamiento humano.
[Sistema Monetario]
Hemos visto cómo es la «economía de mercado«.
Pero esa es sólo la mitad del sistema económico global… La otra mitad, es el «sistema monetario«.
La economía de mercado aborda las interacciones de la gente que busca beneficios con el trabajo, la producción y la distribución, mientras que el sistema monetario es un conjunto de políticas fijadas por las instituciones financieras, con el fin de crear condiciones apropiadas para la economía de mercado.
El sistema monetario usa palabras muy conocidas, como tasa de interés, préstamos, deuda, oferta monetaria, inflación…
Te quedas estupefacto con la jerga de los economistas:
“Tomar unas sencillas medidas preventivas, puede evitar tener que tomar medidas posteriores más drásticas» (Alan Greenspan, ex-presidente de la Reserva Federal)
En sí, el sistema monetario es bastante simple.
La economía, ahora global, se rige desde 3 ejes básicos.
Uno es la reserva fraccional: los bancos imprimen dinero salido de la nada, y luego te aplican un interés compuesto.
Siempre has de devolver más de lo que pediste prestado, así que tú también creas dinero nuevo, salido de la nada, que ha de pagarse con intereses, creando aún más dinero.
Vivimos bajo un modelo de crecimiento infinito.
Este modelo económico es una estafa piramidal.
Nada crece eternamente.
No es posible.
James Hillman, gran psicólogo, dijo: “Lo único que crece sin fin, es un cáncer»
Cada vez, más dinero, pero también más consumidores, más pago de intereses, generando a su vez más dinero.
Eso no es posible en un planeta finito.
Las personas sólo valen para crear dinero, el cual, a su vez, debe crear más dinero para evitar que todo se hunda, como está pasando ahora mismo.
Basta saber 2 cosas acerca del sistema monetario:
- UNO: Todo el dinero se crea con deuda. El dinero es deuda monetarizada, ya sea con bonos del tesoro, contratos hipotecarios o tarjetas de crédito. Si toda la deuda acumulada tuviera que ser pagada hoy… no quedaría ni un sólo céntimo en circulación.
- DOS: Se aplica un interés en cada préstamo, pero no hay dinero suficiente en el mundo para pagarlos todos. Los préstamos sólo crean capital, no intereses, así que ese capital es el único dinero existente. Así que, si toda la deuda acumulada tuviera que ser pagada hoy, no sólo no quedaría ni un céntimo en circulación, sino que se seguiría debiendo una cantidad enorme de dinero que es literalmente imposible devolver… porque no existe.
Todo esto trae 2 consecuencias inevitables: la inflación y la bancarrota.
La inflación es una tendencia histórica de todo país, e inevitable, porque cada vez hace falta más dinero para pagar los intereses, y mantener el sistema funcionando.
La bancarrota es el derrumbe de la deuda.
Le ocurre a una persona, negocio o país, cuando ya no puede pagar los intereses.
La economía de mercado se beneficia de todo ello, porque…
La deuda crea presión.
La deuda crea esclavos asalariados.
Es más probable que alguien endeudado trabaje por menos dinero, que alguien no endeudado.
Somos mercancía barata.
Las empresas prefieren empleados sin exigencias financieras.
Y eso mismo, aplica al caso de un país…
El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, representando los intereses de las multinacionales, otorgan grandes préstamos a países con problemas financieros a un interés muy alto, y cuando los países están hasta arriba de deudas, y no pueden pagar, les aplican medidas de austeridad, y las multinacionales se abalanzan con fábricas donde explotar gente y recursos naturales.
Esa es la eficiencia del mercado.
Y, por si fuera poco, los sistemas monetario y de mercado tienen un híbrido, llamado «mercado bursátil«, que, en lugar de producir algo real, sólo se dedica a comprar y vender dinero.
¿Sabes lo que hacen con la deuda?
Pues sí… ¡la comercializan!
Compran y venden deuda para lucrarse.
Desde seguros ante incumplimiento crediticio, y obligaciones sobre el aval de la deuda de los consumidores, a complejos productos derivados que ocultan la deuda de los países, como el chanchullo entre Goldman Sachs y el gobierno de Grecia, que casi hundió la economía europea.
Los mercados bursátiles, como Wall Street, disparan la locura creada por la cadena de valor monetario.
(Habla Max Keiser, analista financiero, autor de «El Informe Keiser»)
Para entender los mercados bursátiles, basta leer un editorial del Wall Street Journal de hace 2 años, titulado «Enseñanzas del Inversor con Daño Cerebral«.
Explicaba que a las personas con un ligero daño cerebral, les va mejor como inversores que a los que tienen un normal funcionamiento cerebral.
¿ Por qué ?
Porque esa persona con ligero daño cerebral no posee empatía.
Esa es la clave.
Si no tienes nada de empatía, te va bien como inversor.
Por eso Wall Street se nutre de gente sin empatía.
Van allí, toman decisiones y comercian sin ningún reparo, sin pararse a pensar, ni ver cómo afecta a su prójimo.
Wall Street se nutre de estos robots.
De esta gente sin alma.
Pero, como tampoco les quieren pagar, ya usan robots de verdad, programas de software para operaciones algorítmicas.
El escándalo de Goldman Sachs y sus operadores automáticos: ponen un ordenador al lado de la Bolsa de Nueva York. Este ordenador de respaldo revisa y lanza todas las órdenes de compraventa, pero, de paso, se queda con unos céntimos…
Estaban todo el día desviando dinero.
¿Cómo si no, pudieron el año pasado estar 30 ó 60 días seguidos sin perder dinero?
¿Cómo si no, pudieron seguir ganando millones cada día?
¡Es estadísticamente imposible!
Yo trabajé en Wall Street, y era una sucesión de sobornos…Los corredores sobornaban a sus gerentes, los gerentes sobornaban a sus jefes regionales de ventas, y éstos sobornaban al jefe nacional.
Se daba por sobreentendido.
La mayor gratificación en navidad, es para el inspector.
El inspector está todo el día sentado, sin hacer nada.
No vigila si se incumple el margen legal de beneficios.
Claro, cuanto mayor es el soborno entregado al inspector, ¡mejor cumples la ley!
¿Cómo se ha podido convertir el fraude en la norma?
No es una excepción.
Es la norma.
Es como el chiste de Woody Allen: “Doctor, mi hermano cree que es una gallina«.
El doctor le dice: «¿Por qué no le mete en un manicomio?»
Y él contesta: «Lo haría, pero necesito los huevos»
Las operaciones fraudulentas de crédito entre bancos, buscando comisiones y gratificaciones, se han convertido en el motor del crecimiento del PIB de la economía de EEUU.
Aunque son operaciones fraudulentas, nunca serán castigadas.
No procesan, generan ni reaseguran nada.
Si escribo «20 mil millones» en una servilleta de bar, y JP Morgan escribe «20 mil millones» en otra servilleta, e intercambiamos las servilletas, acordando pagarnos una comisión del 0’25%, menuda gratificación de navidad obtenemos…
Hacemos un apunte contable, 1 servilleta de 20 mil millones, sin ningún valor real, y cuando el sistema ya no pueda absorber esas servilletas, le pedimos al gobierno que nos rescate financieramente.
Y gracias a Wall Street y al mercado bursátil global, hay, por lo menos, 500 billones de euros de créditos fraudulentos pendientes de pago, llamados «derivados«, llamados a derrumbarse.
Esa cifra supone 10 veces el PIB de todo el planeta.
Hemos visto gobiernos rescatar a empresas y bancos, gracias, aunque sea de risa, a otro préstamo bancario.
Ahora estamos viendo países enteros, siendo rescatados por otros países, a través de bancos internacionales.
Pero, ¿cómo rescatas a todo un planeta?
Todos los países ya están asfixiados por las deudas.
Estamos en otra espiral de quiebras de deudas nacionales, a tenor del puro cálculo matemático.
En EEUU, sería preciso elevar un 60% el impuesto de la renta sólo para pagar los intereses que vencen a medio plazo.
Los economistas pronostican que, en pocas décadas, el 60% de los países del planeta estarán en bancarrota.
O sea, a ver si lo entiendo.
El mundo va hacia la bancarrota, con lo que diablos eso signifique, debido a ese concepto llamado «deuda«, que ni siquiera es real, que sólo forma parte de un juego que hemos inventado… pero que compromete el bienestar de miles de millones de personas.
Despidos masivos, favelas, pobreza extrema, imposición de medidas de austeridad, cierre de escuelas, hambre infantil… y otras privaciones para las familias, y todo, por causa de esta farsa inventada…
¡¿ Qué somos, unos malditos idiotas ?!
– ¡Hola!… ¡ Marte, amigo !… ¿ Una ayuda para un hermano, eh?
– Madura, chico.
– ¡Saturno!… ¿Qué pasa, hermano?… ¿Recuerdas aquella nebulosa tan sexy que te presenté?
– Oye, mira, Tierra… Ya estamos cansados de ti. Todo lo que se te dió, lo has despilfarrado. Tienes recursos más que suficientes, y tú lo sabes… ¿Por qué no maduras, y eres más responsable, a ver?… Haces desdichada a tu madre… Estás sola, sabes…
– Ya, bueno…
[Salud Pública]
Esta máquina de despilfarrar, llamada «economía de mercado«, más la máquina de hacer deuda, llamada «sistema monetario«, conforman el modelo económico globalizado actual, y todo este sistema, provoca una cosa…
Desigualdad.
Se favorece la tendencia al monopolio y a concentrar poder en un puñado de empresas que dominan al resto, por su dinero, no por su utilidad, y se premia con incentivos de
200 millones de euros al año a los gestores de fondos de riesgo bursátiles, aunque no hacen realmente nada útil.
Mientras, un científico que busca ayudar a la humanidad investigando la cura para alguna enfermedad, gana 45 mil euros al año, si tiene mucha suerte.
El sistema monetario promueve la división en clases.
Por ejemplo: si tengo 1 millón de sobra, y lo pongo a plazo fijo al 4%, ganaré 40.000 al año.
Sin efecto social real alguno.
Pero, si soy de clase baja, y tengo que pedir un préstamo para comprar mi coche o casa, los intereses que pague serán en realidad, para pagar el 4% del depósito del millonario.
Este robo a los pobres para pagar a los ricos, es la base del sistema monetario, y podría definirse como “clasismo estructural”.
Por supuesto, históricamente, la estratificación social siempre ha sido considerada injusta, pero ahora es aceptada, de forma general, siendo el 1% de la población dueña del 40% de la riqueza del planeta.
Pero, además de la injusticia material, la desigualdad esconde algo más…
El increíble deterioro de la salud pública.
Es chocante el contraste entre el éxito material, con niveles de riqueza sin precedentes, y el fracaso social general.
Si ves las tasas de abuso de drogas, violencia, autolesiones en niños, o enfermedades mentales, es claro que algo va muy mal en nuestras sociedades.
Los datos confirman lo que la gente ha dicho durante muchos cientos de años: que la desigualdad genera discordia y erosión social.
Y eso es más cierto de lo que cabría imaginarse.
La desigualdad ejerce poderosos efectos psicológicos y sociales.
Así surgen los complejos de superioridad e inferioridad.
Causa enfrentamiento.
Surgen la falta de respeto, y que haya personas que se sientan menospreciadas.
Por eso, en las sociedades más desiguales, hay más violencia.
A menudo, la violencia se dispara por un sentimiento de menosprecio, y de falta de respeto hacia las personas.
En resumen, la mejor premisa para evitar la violencia, es la «igualdad«.
El factor que más afecta a la tasa de violencia, es el grado de igualdad o de desigualdad de una sociedad.
Se trata de una aberración social general.
No es que vayan mal sólo una o dos cosas…
Según aumenta la desigualdad, todo va a peor: la delincuencia, la salud, las enfermedades mentales…
Así, en lo que respecta a la salud pública, nunca jamás cometas el error de ser pobre.
O de nacer pobre.
Tu salud lo pagará muy caro, conforme a la «curva socioeconómica de la salud«.
A medida que se bajan escalones sociales, hablando en términos de estatus socioeconómico, la salud empeora, se sufren muchas enfermedades, la esperanza de vida disminuye, la tasa de mortalidad infantil aumenta… Y así con todo.
Interpretar esa curva trajo polémica.
Para algunos era obvio: el enfermo es menos productivo, y por eso, la salud origina las diferencias socioeconómicas.
Pero no es así, para nada.
Es al revés: viendo el status socioeconómico de un niño de 10 años, se puede predecir cómo será su salud décadas después.
Nivel social implica salud.
Para otros, lo obvio era: los pobres no van al médico, porque no pueden pagarlo.
Pero el problema no es la cobertura médica, porque los países con asistencia médica universal y seguridad social estatal, también sufren la misma curva.
Otra interpretación obvia era: cuanto más pobre eres, más probable es que fumes, bebas y lleves un estilo de vida poco sano.
Sí, influye, pero estudios en profundidad muestran que así sólo se explica un tercio de los casos.
Entonces, ¿qué es?
Es… el ESTRÉS de la pobreza.
De Bill Gates, para abajo, cuanto más pobres eres, peor es tu salud.
Pero con un matiz importante.
La salud empeora, no por ser pobre, sino por sentirse pobre.
Se debe a la gran influencia del estrés crónico en la salud.
El mayor estrés humano se debe a la mala calidad de las relaciones sociales.
Y lo que más reduce la calidad de las relaciones sociales, es la estratificación socioeconómica de la sociedad.
La ciencia ha demostrado que, independientemente de la riqueza material, el estrés por vivir en una sociedad estratificada provoca grandes problemas de salud pública, y cuanto mayor la desigualdad, peores son los problemas.
– Esperanza de Vida: Mayor en los países más igualitarios.
– Abuso de Drogas: Menos en los países más igualitarios.
– Enfermedad Mental: Menos en los países más igualitarios.
– Capital Social, definido como la capacidad de las personas para confiar en los demás: por supuesto, Mayor en los países más igualitarios.
– Resultados Educativos: Mejores en los países más igualitarios.
– Tasa de Homicidios: Menos en los países más igualitarios.
– Delincuencia y Reclusión: Menos en los más igualitarios.
Y la lista sigue, y sigue…
Hay menos Mortalidad Infantil, Obesidad y Madres Adolescentes en los países con más igualdad.
Otro también muy interesante…
Innovación: es Mayor en los países con más igualdad… rebatiendo la extendida idea de que una sociedad competitiva y estratificada es más creativa e inventora.
Además, el estudio «WhiteHall Study«, del Reino Unido, confirmó que hay más enfermedad y mortalidad cuando más abajo se está en la escalera socioeconómica.
Por ejemplo, se encontró que los peldaños más bajos de la jerarquía social, tenían 4 veces más mortalidad por enfermedades cardíacas, que los peldaños más altos.
Y esto es así, al margen del coste del servicio de salud.
Cuanto peor sea el estatus financiero de una persona, peor será su salud.
Este fenómeno es reflejo del “estrés psico-social”, y explica las aberraciones que asolan la sociedad actual.
¿Su causa?
El sistema monetario de mercado.
Ese es el mayor destructor de la ecología, el mayor causante de desperdicio, agotamiento y contaminación, el mayor generador de violencia, guerra, crimen, pobreza, maltrato humano y animal… el mayor generador de neurosis sociales y personales, desórdenes mentales, depresión, ansiedad…
Y además, la mayor fuente de parálisis social, que nos impide migrar hacia nuevas soluciones de salud personal, sostenibilidad global y progreso en este planeta.
No es la corrupción de este o aquel gobierno, o ley… No es esta o aquella empresa, ni este o aquel banco… no es un trastorno de la naturaleza humana… y no se trata de un oscuro secreto que controla el mundo.
Sólo es… este sistema socio-económico, ni más ni menos.
«La economía de mercado fomenta la escasez, a una escala sin precedentes, oranizando la producción y la distribución según el comportamiento de los precios, de forma que todos los recursos vitales dependen de la acumulación y el gasto. La escasez es la base de toda la actividad económica «.
(Marshall Sahlins, antropólogo)
«La codicia y la competencia no son fruto de una naturaleza humana inmutable. De hecho, la codicia y el miedo a la escasez, son continuamente creados y amplificados como consecuencia directa de la cantidad de dinero que estamos utilizando. Podemos producir alimentos más que suficientes para alimentar a todo el mundo, pero claramente no es suficiente dinero para pagar por todo. La escasez está en nuestras monedas nacionales. De hecho, el trabajo de los bancos centrales es crear y mantener esa escasez. La consecuencia directa es que tenemos que luchar entre nosotros, con el fin de sobrevivir.»
(Bernard Lietaer, economista)
Diademas
La salud es un terreno abonado para que proliferen estafadores y timadores, porque nuestro afán por curarnos nos hacer bajar la guardia y nos convierte en crédulos, pensando: «a nadie se le ocurriría mentir, engañar o robar con estas cosas».
La última novedad de esta industria es ‘CEFALY’ , una especie de diadema que dice curar la migraña mediante impulsos eléctricos, a la par que proporciona un look nostálgico de ciencia-ficción setentera,…
Se basa en el conocido principio científico de que las células musculares responden a la electricidad, las nerviosas trambién, la migraña afecta a la cabeza, y la cabeza contiene células musculares y nerviosas (!?).
Por cierto, se dice que la diadema también genera endorfinas, así que es razonable pensar que también creará adicción… No sería pues, sorprendente, que a un@ le dé por someter al tratamiento a las más extremas pruebas (compatibilizar sueldo e hipoteca, rellenar formularios de las administraciones públicas, o retirarse del café), y por hacerse ‘trekkie’…
Conozco personas con migraña habitual, y no es de extrañar que busquen desesperadamente una solución,… sin embargo, de entrada, ‘CEFALY’ ya provoca cierto ‘CANGUELY’…
Pero es que, además, hay otro producto recién llegado al paraíso (¿o más bien infierno?) de las diademas mágicas…
Se trata de «SAFETOX«, que promete una reducción de las arrugas faciales entre el 11 y el 65% en pocas semanas…
En efecto… ¡ SE TRATA DE LA MISMA DIADEMA… ! Ambas se anuncian como distintas, tienen alojamientos web diferentes, pero… ¡ SON LA MISMA !.
En fin, por si albergábamos alguna duda sobre los resultados a esperar de ambas…
Visto lo visto,… ¿ por qué no usar las diademas festivas ?… Tampoco te quitan el dolor de cabeza, pero al menos te distraes, y es mejor que te salgan arrugas por reirte que por otra cosa !!!…
También soy muy partidario de la cinta en la frente… Inicialmente, se promocionó para evitar que el sudor cegara a los trabajadores, pues bastante tenían ya con lo suyo… ¡ En estos tiempos de crisis, podemos retomar su uso !
Porque, últimamente, sólo veíamos que las llevaran deportistas en general, e indios de la reserva en particular,…
Algunos artistas labraron sus señas de identidad disimulando una incipiente frente despejada (otro terreno abonado, por cierto, que trataremos llegado el momento…),
… o bien …
evocando una morriña por la grecia clásica, siempre tan contemporánea…
La más famosa diadema es la corona de espinas, muy de actualidad en el mundo cristiano en fechas de Pascua/Semana Santa.
¿ Estamos ante otro caso de manipulación… concretamente, la de nuestra salud ‘eterna’… ?
Porque, por lo que respecta al cristianismo,…
1- El personaje de Jesús, además de ser un híbrido literario-astrológico, constituiría un claro plagio de Horus, el dios egipcio del Sol. Jesús vendría a ser la deidad solar de la rama gnóstica del cristianismo (rama, por cierto, rechazada y olvidada por las estructuras religiosas); al igual que todos los demás dioses paganos, no un personaje verdadero sino mítico.
2- La Biblia no sería sino literatura híbrida astro-teológica, al igual que los mitos religiosos precedentes. La cruz no es un símbolo cristiano; en realidad, es una adaptación pagana de la cruz del Zodíaco.
¿ DIFÍCIL DE CREER ?… Bueno,… no más que la verdad sobre los remedios antes citados…
Aquí figuran 2 enlaces a documentales que indagan en ello con bastante detalle y profundidad (como veréis, están en inglés, con subtítulos en español):
–> La primera parte del documental Zeitgeist (revisada y actualizada; ésta es su transcripción al español: zg-parte1)
–> El documental «El dios que nunca existió » (2006), dividido en 4 partes para facilitar su visionado (y ésta es su transcripción: Edqne)
Peter Joseph decía: «Esperemos que, con el tiempo, la religión pierda su base de materialismo y superstición, y se mueva en el más útil campo de la filosofía». Extendámoslo a que todas las diademas mágicas den paso a cintas del pelo… o preferiblemente,… ¡ a diademas festivas !
PD.- Enric Duran lleva ‘otra cruz’ a cuestas: ha sido detenido… Una pena que no haya sido asesorado legalmente como lo fue Jerome Daly.